POLITICA
primera foto de unidad

Demostración de fuerza del peronismo con Kicillof a la cabeza como contracara de Milei

El gobernador bonaerense reunió a las distintas facciones del peronismo en La Plata para mostrar una foto de unidad que no se daba desde la campaña electoral. El objetivo de Kicillof de traspasar el alambrado bonaerense y convertirse en una de las figuras principales del espacio. La preocupación por los números y el vínculo con Máximo Kirchner y con Sergio Massa, que aún no encuentra nuevo rol pero está dispuesto a pelear por el liderazgo.

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Rearmado. Kicillof encabezó el encuentro del peronismo. Dieron el presente Eduardo “Wado” De Pedro, Máximo Kirchner y Sergio Massa, entre otros. | NA

Axel Kicillof tomó el bastón de mariscal y se convirtió en el anfitrión de un encuentro que sirvió para hacer la primera demostración de fuerza del peronismo frente a un gobierno de Javier Milei que ya afronta fuertes cuestionamientos. El movimiento político se dio en el territorio bonaerense pero las dos semanas del libertario en el poder lo terminaron de convencer de traspasar el alambrado para tonificar su figura nacional.

“Milei se la hace fácil”, dice un funcionario con despacho en La Plata. Kicillof está dispuesto a ser el contrapunto de un presidente al que aún trata de descifrar. El gobernador bonaerense se vio dos veces con el jefe de Estado desde que asumió: la primera fue en Bahía Blanca, en donde decidió esperarlo para iniciar la reunión del comité de crisis creado por la catástrofe que dejó el temporal y la segunda fue en el encuentro que Milei tuvo con todos los gobernadores. El bonaerense salió de allí sin ninguna certeza  y convencido de haber perdido el tiempo.

Dentro del “grupo de los 8” gobernadores peronistas (a Gustavo Sáenz nunca lo terminaron de contar adentro) Kicillof cree que, con el pasar de las semanas, algunos dejarán de estar del lado de la resistencia. Pero evalúa que puede ser la voz de cinco o seis jefes de Estado que, además, prefieren el perfil bajo. Para eso, entiende que el tono confrontativo que caracterizó al kirchnerismo debe ser otro.

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Hay que marcar fuertes críticas al gobierno de Milei para acompañar lo que comenzó en las calles esta semana, pero con un tono moderado. Kicillof entendió que “de Nación no va a venir nada” y marcará cómo eso afecta a los bonaerenses pero también al interior del país. Proyecta una figura nacional ante la falta de liderazgos. En esta línea, al terminar el encuentro Kicillof remarcó sobre el DNU de Milei: “Lo que quedó claro con este plan es que no tiene nada de novedoso, es un plan de ajuste clásico, con ajuste de gastos y monetario” y habló sobre cómo “está golpeando muy fuerte en el bolsillo de la gente, subieron los medicamentos 90% y los alimentos”.

Axel Kicillof decretó la emergencia en zonas afectadas y duelo tras el temporal

Su principal escollo para avanzar hacia el liderazgo nacional son los números. A Kicillof lo desvela la repercusión que tendrá el feroz ajuste de Milei sobre la provincia y por eso, en las próximas horas enviará un nuevo pedido de endeudamiento a la Legislatura. “Con eso puede salvar las ropas”, admiten en la gobernación.

A La Plata llegaron este viernes Sergio Massa, Máximo Kirchner y Eduardo “Wado” De Pedro, entre otras figuras de peso que completaron legisladores nacionales, provinciales y 84 intendentes. Desde las filas bonaerenses aseguran que el armado del nuevo gabinete y las autoridades de la legislatura, todos dejaron las diferencias internas de lado. Está claro que Kicillof no se referencia ni consulta a Máximo Kirchner y solo lo hace con Cristina, pero la convivencia ahora funciona un poco mejor.

La fricción que se hará más notoria es con Sergio Massa. No es nuevo que el Frente Renovador llene de críticas a los movimientos del gobernador, pero ahora aparece la pelea por el liderazgo.

“Massa aún no encontró su rol en esta etapa”, dice un viejo conocido. Por ahora envía mensajes a distintos dirigentes como a Pablo Moyano a los que les dice “me quedé corto, con lo que avisé que iba a pasar”. Nada distinto al Scioli posderrota de 2015. Sin un lugar de gestión y después de dos derrotas presidenciales le será difícil volver a disputar ese lugar pero está acostumbrado a dar peleas duras. Lo próximo que advierte es un escenario demasiado adverso para febrero o marzo, cuando cree que el gobierno de Milei se verá obligado a hacer una nueva devaluación. Para ese momento, estará listo para salir.