Avidos de hacer obras públicas para mostrar antes de las elecciones de octubre, varios municipios pusieron en marcha diversas licitaciones millonarias con irregularidades manifiestas. El mayor problema reside en el Conurbano, donde habita la mayor cantidad de votantes del padrón bonaerense. Allí, se lanzaron licitaciones “dirigidas” o que violan la posibilidad de que compitan varias empresas en la obra.
A fines de julio, en Berazategui, se anunciaron tres licitaciones. Una para la construcción de pavimento en varias calles, por $ 50 millones. Una planta de separación de residuos sólidos por $ 15 millones. Y tres pasos bajo nivel, uno por $ 54 millones, otro por $ 87 millones y el último por $ 50 millones. Para participar de cualquiera de estas obras, según consta en los pliegos, hay que cumplir con el requisito de haber realizado una obra de envergadura en los últimos tres años en Berazategui y tener un obrador habilitado por medio ambiente en el municipio previo a la licitación. Es decir, sólo podrán participar en esas obras los que trabajaron en el distrito o estén trabajando y cuenten con un obrador activo. El objetivo que esconde el requisito es dejar afuera a competidores, porque debería ser indistinto que la empresa tenga una obra en ese distrito o en otro de la provincia de Buenos Aires para demostrar su capacidad.
El secretario de Obras Públicas de ese municipio, Darío Iezzi, reconoció que la licitación está hecha para que la ganen las empresas que ya trabajan allí. “Sí, es así. Hemos tenido malas experiencias con empresas que vienen de afuera y dejan las obras paralizadas”, se justificó Iezzi.
El ex fiscal de investigaciones administrativas Manuel Garrido (hoy diputado radical) dijo a PERFIL que es “bastante impresentable” que hagan la licitación de esa manera. “Cierra de manera exagerada la posibilidad de que entren oferentes, en perjuicio del Estado y va contra las reglas de las licitaciones. Direccionar una licitación es violar la paridad de concurrencia y va en contra de la lucha contra la corrupción y la transparencia”, graficó.
En Lomas de Zamora, territorio del candidato oficialista Martín Insaurralde, se publicaron otras tres obras. Una estación de bombeo por $ 128 millones, desagües pluviales por $ 64 millones y una red de distribución eléctrica por $ 148 millones. En este caso, la irregularidad fue otra: pusieron el pliego a la venta sólo por dos días, cuando la ley exige que sea por 15 días, y la fecha entre la venta del pliego y la apertura de sobres es de diez días. Los pliegos se publicaron entre el 28 y el 29 de julio, y la apertura de sobres era entre el 8 y 9 de agosto. Esto impide que las empresas tengan tiempo para estudiar el pliego y presentarse a la competencia. Otra curiosidad en que las obras se harán sin garantía de pago. El desembolso del dinero estará atado a que el gobierno nacional baje los fondos a los intendentes. Desde el municipio aseguran que los plazos son acordes a la ley y que se trata de obras que no requieren demasiado análisis por parte de las empresas.
En el caso de Berazategui está claro que los requisitos tienden a que pocas empresas puedan participar de las obras, porque difícilmente haya varias firmas con una obra de envergadura en el distrito y con un obrador en actividad.
En Lomas, la exclusión se realiza mediante la reducción del tiempo de venta de pliegos y la cercanía con la apertura de los sobres de la licitación. ¿Cómo hace una empresa para en 10 días presentar una oferta razonable? Sobre todo, cuando se trata de obras complejas. Un requisito difícil de cumplir.
