Tres patrulleros, una denuncia y dos grupos de militantes enardecidos. La escena, que bien podría ser parte de la pintoresca militancia del conurbano bonaerense, se dio el sábado pasado en pleno corazón de Recoleta, entre seguidores de Gabriela Michetti y de Horacio Rodríguez Larreta.
La “campaña sucia” del PRO incluye desde peleas en las esquinas, fotos trucadas en redes sociales, acusaciones y hasta designaciones polémicas en organismos estatales.
Las peleas por las esquinas, donde los militantes colocan mesas con globos, consignas y afiches, comenzó a endurecerse la semana pasada cuando en Santa Fe y Callao dos chicas que militan para el jefe de Gabinete porteño fueron amenazadas por un grupo de hombres con navajas. La disputa se planteó a partir de la instalación de carteles. Todo terminó con una denuncia en la comisaría a las 6.30 de la mañana.
Desde el larretismo dejaron trascender que se trataba de militantes del Momo Venegas, el sindicalista que colabora en la campaña de la senadora. Incluso Patricia Bullrich terminó en la comisaría de la zona a las ocho de la mañana para interiorizarse del tema. Desde el michettismo retrucaron que fue, en realidad, una puesta en escena, que no eran navajas sino un cúter para cortar los afiches que se cuelgan, y que el candidato de la Comuna 2 (Recoleta), el joven Facundo Carrillo, incentivó la denuncia.
La primera luz de alarma la sufrió uno de los dirigentes de mayor confianza de Michetti quien, luego de desplegar un fuerte operativo de mesas sobre avenida Rivadavia tuvo que escuchar de boca de Marcelo Iambrich, el larretista que preside la Comuna 6 (Caballito), un pensamiento político: “Si seguís así te voy a dejar comiendo puré durante tres meses”.
La disputa del territorio ya se transformó en una marca registrada de la campaña. El fin de semana pasado Larreta hizo colocar unas 700 mesas y Michetti unas 400. Para comparar, sumados Martín Lousteau y Graciela Ocaña llegaron a 40.
En la comuna 7 (Flores) también hubo incidentes: en la esquina de Carabobo y Rivadavia militantes del PRO se enfrentaron y hubo empujones por tener el mejor lugar para volantear. Algo similar ocurrió en la comuna 5 (Boedo y Almagro), en Corrientes y Medrano.
Otra pata de la campaña son las imágenes trucadas. Hay de todo tipo, desde subidas de tono hasta inocentes. La mayoría se viralizan tanto por WhatsApp como por redes sociales, Facebook y Twitter, con la idea de ridiculizar al adversario.
La pelea llegó incluso a que esta semana haya sido modificado el perfil público de Wikipedia de Larreta para sumarle las denuncias que pesan en su contra. Entre otras, una causa por manejo de microcréditos en el final del menemismo, la remodelación de los CGP y una por el Metrobus Norte. También comenzó a circular que la consultora Poliarquía –que publicó un empate técnico entre ambos candidatos– había hecho nombrar al hermano de uno de sus directivos como asesor de una abogada de máxima confianza de Larreta. Dentro del larretismo cuestionan al novio de Michetti, Juan Tonelli, por su actividad como lobbysta de empresas.
Aseguran que la senadora no cumplió con el código electoral al lanzarse una semana antes de lo que estipula la ley. Además, revelan que cuando se pegaron los carteles apoyando el paro, curiosamente varios gremios taparon los afiches de Larreta.
