Con pocos minutos de demora, la presidenta Cristina Fernández de Kirchner llevó a cabo su discurso en la 67º Asamble General en la ONU. Mientras se espera que renueve el reclamo por las Islas Malvinas, la mandataria comenzó su alocución con un panorama sobre la crisis política en Medio Oriente y financiera en Europa, a la que definió como una "crisis global".
"Quiero ratificar la postura personal y del pueblo argentino en cuanto al enfático repudio y rechazo al salvaje ataque contra (el embajador estadounidense en Libia) Chris Stevensen", expresó Cristina Kirchner. "Su muerte no es casualidad: precisamente allí se originó el principal foco de resistencia al regimen de Muammar Kadafi", analizó. "Allí recibían al terrorismo islámico", continuó.
"Es necesario tener un clara posicion de cuales son los principales problemas en este mundo para entender la necesidad de tener politicas diferentes para construir una paz verdadera y duradera. Hay que elegir el lenguaje de la diplomacia, no de la violencia", continuó la jefa de Estado, al tiempo que se refirió al conflicto en la Franja de Gaza.
"La necesidad del reconocimiento del Estado de Palestina y que Israel respete la fronteras anteriores a 1967 son parte del problema en Medio Oriente", remarcó.
Duro mensaje financiero. La Presidenta dedicó una buena parte de su discurso a analizar la crisis financiera mundial y defender la política económica que mantiene desde su segundo mandato, en particular en las restricciones a las importaciones. "Es necesario un replanteo en la guerra comercial a partir de políticas proteccionistas y que sólo son políticas de defensa frente a las principales potencias, que son las causantes de la crisis que se quieren transferir a nuestros países", apuntó.
"Esta es una crisis económica que sacude al mundo", apuntó la Presidenta. "En 2008, parecía que era una crisis causada porque los pobres no podían pagar las hipotecas. Esto ya es una crisis global", exclamó. "Hay países que deben más que su PBI, familias endeudadas para los proximos 30 años por hipotecas", enumeró, al tiempo que tomó a España como ejemplo para mostrar los alcances del ajuste: "En este momento hay represión contra manifestantes que reclaman contra recortes de recetas de políticas de ajuste". "Son recetas que uno ve aplicar ferozmente en España, Grecia... que ponen en peligro la eurozona. Y poner en peligro la eurozona es poner en peligro la estabilidad del sistema financiero internacional", remarcó.
La alocución de Fernández de Kirchner no sólo defendió las medidas del Gobierno nacional, sino que sirvió como un fuerte mensaje contra los organismos internacionales, en especial ante las críticas por los indicadores económicos K.
Ante la advertencia del FMI sobre el ultimátum de 90 días para normalizar el INDEC o prepararse para ser expulsado del bloque, la Presidenta devolvió el mensaje. "Quería decirle a la titular del FMI: esto no es un partido de fútbol. Esta es la crisis más grande que se recuerda desde los años '30". "Mi país no es un cuadro de fútbol, es una nación soberana que toma decisiones soberanas sobre su economía y que no va a ser sometida a ninguna presión ni amenaza", contraatacó. "Si comparamos com el fútbol, el rol del presidente de la FIFA ha sido mas satisfactorio que el de muchos directores del FMI", ironizó.
"No escuché ninguna autocrítica del FMI de cuáles eran las estadisticas de España, Grecia o Italia que los llevaron al endeudamiento, al default", se quejó. "¿Por qué no se los controla? ¿Por qué se controla a unos y a otros no?", preguntó la Presidenta.
"No somos economistas, pero no somos tontos. Estamos ante un nuevo mundo que requiere liderazgos creativos", apuntó la mandataria. "Querer solucionar los problemas actuales con las recetas que las causaron resulta absurdo. El crecimiento en los ultimos 10 años fue sostenido por los países emergentes", destacó. "Tenemos que soportar que nos critiquen de proteccionistas por países que han aplicado esas políticas", interpeló, mientras aseguró que la deuda argentina "tiene un 14% en relacion con el PBI, el nivel más bajo de deuda en moneda extranjera con acreedores extranjeros". "Obviamente, para algunos somos un mal ejemplo", desafió.
"Estas afirmaciones pueden alterar a algunos organismos de créditos. Algunos quieren amonestarnos para que no cunda un modelo", expresó Cristina. "Este no es problema económico, es un problema político. La politica no encuentra respuestas, nuevos modelos y liderazgos para los nuevos problemas", insistió. "Lo que más miedo me da como militante politica es que frente a la falta de soluciones, millones de occidentales dejen de creer que un sistema democrático pueda darle soluciones", lamentó.
Reclamo de justicia. El análisis económico dio paso a los temas más esperados de su discurso: la soberanía argentina en Malvinas y una nueva llamada a Irán para que colabore en la investigación judicial por los atentados a la AMIA y la Embajada de Israel.
Frente a ello, la Presidenta exigió que dé "cumplimiento a la resolución 2055 de ONU para instar al diálogo sobre la cuestion de Malvinas". "En enero se cumplen 180 años de que el el Reino Unido usurpara ilegalmente" las islas, se quejó la Jefa de Estado, que pidió a Gran Bretaña que atienda "las muchas resoluciones de la ONU y el Comité de Descolonización y la OEA", organismos que en reiteradas oportunidades pidieron al país europeo que abra canales de diálogo con Argentina.
"No estamos esperando que digan que tenemos razón. Eso no es diálogo", reiteró la mandataria, mientras volvió a pedir por el retiro de tropas. "También instamos a desmilitarizar el Atlántico Sur", remarcó. "Esto no es construir multilateralismo, construir la paz. Esto genera una sensacion creciente de desigualdad", remarcó. "Esto no es una cuestión bilateral, se ha convertido en una cuestión global, terminar con unos de los ultimos vestigios de colonización", afirmó, en un intento por llevar el pedido de Argentina al resto de la comunidad internacional.
A ello se sumó un nuevo llamado de atención para que Irán colabore en las causas judiciales contra funcionarios de ese país por la voladura de la Embajada de Israel en Argentina y la AMIA. "Es una llaga abierta por que todavia no hubo justicia", describió Fernández de Kirchner.
Ante la negativa iraní de enjuiciar a los procesados en un tercer país, la Presidenta interpeló al país a proponer otras posibles soluciones y se refirió a la nota oficial del gobierno de Irán para pedir una audiencia bilateral de su canciller, Ali Akbar Salehi, con el argentino Héctor Timerman. "Hemos recibido un pedido de una reunión bilateral y he decidido instruir a nuestro canciller para que tenga lugar aquí en Naciones Unidas", anunció la Presidenta. "Espero resultados concretos de esa reunión, en la manifestacion de Irán de querer cooperar y si Irán no lo quiere hacer ante la Justicia argentina o un tercer pais, que sea aquí", exhortó. "Esperamos resultados en cuanto a propuestas de cómo encaminar este conflicto tan profundo", agregó la titular del Ejecutivo argentino.