El kirchnerismo continúa en proceso de depuración y nada parece detener la sangría del bloque que maneja Héctor Recalde en la Cámara de Diputados. A tal punto que en solo 7 meses, desde que asumió Mauricio Macri, pegó el portazo el 30 por ciento de los 98 legisladores que eran originalmente. Ahora solo quedan 70 y todos descuentan que habrá más renuncias a la conducción kirchnerista.
Pero la historia no comenzó en febrero con la salida de Diego Bossio y 15 diputados más, sino que se remonta a mediados de diciembre y ubica la interna en La Plata. Allí, en el Senado provincial, voló por los aires la alianza del Frente Para la Victoria y se dio la primera fisura entre el PJ clásico que comanda el exintendente de La Matanza, Fernando Espinoza y La Cámpora.
Luego llegó el turno de Diputados, cuando a fines de abril sucedió lo mismo tras la disputa pública entre José Ottavis, al frente de las negociaciones por parte del cristinismo y Walter Abarca, ligado al PJ y exfuncionario de confianza de Néstor Kirchner.
Bloque Justicialista. Sin dudas que el principal golpe político para el grupo que aún comanda Recalde se dio cuando Bossio decidió armar el bloque propio en febrero. Se llevó consigo más de una decena de legisladores y partió en dos al peronismo, que ya tenía otro bloque por separado, que es el que comanda Sergio Massa del Frente Renovador.
Días atrás los legisladores misioneros dijeron adiós y cuatro diputados, entre ellos el exgobernador Maurice Closs y una senadora se fueron del espacio. Ayer, el escándalo del caso López trajo un nuevo quiebre y seis diputados del Movimiento Evita decidieron abrir su propio sector.
Para peor, el jueves que viene habrá cita del Consejo Nacional del PJ y podrían haber nuevas fugas. En solo seis meses, pasaron de 98 diputados a 70. Cuando uno observa los números, las cifras sorprenden. Son 28 diputados en siete meses, a razón de cuatro diputados por mes.