A Eduardo Wado de Pedro solo le falta reunirse con un gobernador: el santiagueño Gerardo Zamora. Ayer, justo cuando se cumplía un mes del ciclo albertista, el ministro del Interior recibió en Casa Rosada al otro gobernador que tenía pendiente: el sanjuanino Sergio Uñac. Con Zamora, un radical kirchnerista de buen diálogo con el Gobierno, se encontrará en los próximos días.
El oficialismo busca dar un mensaje de apertura: todos los mandatarios tienen acceso al cara a cara con el ministro del Interior. Si bien todavía se ubica en etapa de diagnóstico respecto al mapa de las provincias, la Rosada ya repartió beneficios y promesas. La suspensión del pacto fiscal, que establecía la reducción de varios impuestos, fue un primer gesto. Pero no fue el único. Chubut, Chaco y Santa Fe son de las más urgidas.
En febrero empezará la ronda de reuniones de gabinete federal, con sede rotativa. La primera cita se concretará en Concordia, Entre Ríos. Con el gobernador Gustavo Bordet de anfitrión, irán Alberto Fernández, De Pedro, Santiago Cafiero y la mayoría de los ministros nacionales. Se optó por Concordia por el mismo motivo por el que se la eligió para arrancar con el plan contra el hambre: según el Indec, Concordia es la ciudad más pobre del país. Ahí ya se repartieron 7 mil tarjetas para comprar alimentos.
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El chaqueño Jorge Capitanich gestionó que el programa continuara en su provincia, con la distribución de 66 mil tarjetas.
La lista de gobernadores invitados a la Rosada incluye no alineados y opositores. Por ejemplo, Horacio Rodríguez Larreta. El alcalde porteño, quien se vio con De Pedro el lunes pasado, se encuentra en plena negociación a la baja con Nación. Larreta pretende amortiguar la quita de un porcentaje de la coparticipación que va para la Capital. Los demás gobernadores, en cambio, intentan aprovechar monetariamente el clima ecuménico del albertismo.
El jujeño Gerardo Morales ya se vio tres veces con el Presidente y sus ministros. El radical consiguió un adelanto de impuestos coparticipables (a ser descontados en el lapso de un mes) de 400 millones de pesos. Así, su espíritu dialoguista contrasta con el de un ex gobernador radical: el diputado mendocino Alfredo Cornejo, actual presidente de la UCR. Casi en soledad, Cornejo denunció que Fernández promueve el fin del federalismo. Su correligionario Morales no piensa lo mismo.
El martes pasado, el oficialismo formalizó un auxilio por 5.650 millones de pesos para cinco provincias: Río Negro, Chaco, Chubut, Santa Cruz y Tucumán. Se trata de un anticipo por las “dificultades financieras transitorias” que atraviesan. Así, el massista Mariano Arcioni, en conflicto con docentes desde hace meses, logró pagar aguinaldos en Chubut.
El santafesino Omar Perotti también pidió ayuda. El peronista les recordó a De Pedro y a Cafiero que su provincia cerró 2019 con un déficit de 15 mil millones de pesos. En Santa Fe los sueldos estatales se están pagando con demora. Menos ahorcado, el pampeano Sergio Ziliotto sacó el tema de un fallo pendiente de la Corte en favor de su provincia. Serían unos 8 mil millones de pesos. San Luis y Santa Fe cuentan con fallos parecidos, todavía por cobrar.
“Todos piden algo. Pero cada situación es distinta. Estamos en plan de revisión. Mientras, les damos una mano a las provincias más necesitadas”, resumen desde la Rosada.
