Sin instrucciones precisas del Gobierno, el oficialismo en el Senado recién comenzó a elucubrar cómo será la estrategia parlamentaria para la aprobación del pliego de Inés Weinberg de Roca, la candidata presentada por Mauricio Macri para ocupar la Procuración General de la Nación.
Según pudo averiguar PERFIL, en el interbloque de Cambiemos se enteraron de la nominación el mismo día que el Presidente hizo pública su elección en un programa televisivo y no recibieron mayores directivas sobre cómo encarar la negociación. Para la aprobación del pliego se necesita el visto bueno de los dos tercios del total de los senadores presentes en la sesión. Si estuviesen los 72 miembros, se necesitaría reunir 48 voluntades. Cambiemos reúne 25 senadores propios y requeriría de 23 votos más para la aprobación.
En este esquema, el interbloque Argentina Federal, que conduce Miguel Pichetto y que representa a buena parte de los gobernadores peronistas, tendrá la llave para destrabar el avance de la designación ya que reúne a otros 25 senadores. En este espacio opositor por ahora prefieren no adelantar su visión sobre la postulante, aunque estiman que la decisión se tomará en conjunto, es decir que pondrán el mayor énfasis en que no se rompa la unidad del bloque al momento de la votación.
La apuesta del oficialismo es conquistar a los senadores durante las audiencias. “Van a ser decisivas, ahí vamos a ver el temperamento” de la abogada que llegó a ser jueza del Tribunal Superior de Justicia porteño. En ese contexto, admiten que el nombre de Weinberg logró “romper un poco los cálculos” que ya se habían hecho con otras opciones de procuradores, más cercanos a la vida judicial local.
El Poder Ejecutivo no envió hasta ahora el pliego de Weinberg, aunque anticipó que lo hará “en los próximos días”.
Una vez cumplida esa formalidad, se deberán presentar sus antecedentes para luego dar lugar a las impugnaciones. Este proceso –que llevará por lo menos todo el mes de abril– llevará a las audiencias, donde Weinberg deberá responder preguntas sobre distintos temas. A esta instancia el oficialismo le otorga especial importancia, además, porque remite al último proceso de designación para ocupar el cargo. Antes del nombramiento de Alejandra Gils Carbó, en 2012, el kirchnerismo hizo un primer intento con Daniel Reposo, que no logró superar el test en las audiencias donde lo bombardearon con preguntas acerca de por qué había falseado su currículum. En esa oportunidad, Reposo renunció a su candidatura y Gils Carbó fue finalmente la elegida, con 63 votos a favor y solo 3 en contra.
El cargo se encuentra vacante desde el 31 de diciembre del año pasado, cuando Alejandra Gils Carbó finalmente presentó su renuncia, luego de distintas maniobras políticas que el Gobierno realizó para que se alejara.