POLITICA

Deuda K con la salud pública: Cristina debería cruzar la calle

El sanatorio privado en que se atiende la familia presidencial queda frente al Hospital de Clínicas, en el que hoy explotó una máquina. También lo hizo el relato de CFK.

En las últimas intervenciones médicas, Cristina eligió el edificio ubicado en la calle Azcuénaga 870, justo enfrente del accidentado edificio del Hospital de Clínicas.
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Hoy explotó un artefacto electrónico en el edificio del Hospital de Clínicas, ubicado en el barrio de Recoleta, en la ciudad de Buenos Aires. Como consecuencia de este hecho -preanunciado por el deplorable estado del edificio-, hubo al menos tres heridos. La explosión se registró en el área del quirófano. No explotó sólo un artefacto, también lo hizo el relato K.

"Hay sistema de salud pública cuando los presidentes se atienden en hospitales públicos, lo demás es puro cuento", aseguró la presidenta Cristina Fernández de Kirchner el 21 de agosto de 2012. Ni Néstor, ni Cristina, ni sus hijos, Máximo y Florencia, cumplen con la premisa. Kirchner dejó de atenderse en el Hospital Argerich (donde existe una suite presidencial) para atenderse en el Sanatorio Los Arcos. Máximo, su hijo, eligió el mismo lugar.

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En las últimas intervenciones médicas, Cristina eligió el edificio ubicado en la calle Azcuénaga 870, justo enfrente del accidentado edificio del Hospital de Clínicas. Florencia Kirchner, que recientemente volvió a convertir a la mandataria en abuela, siguió los pasos de su madre y dio a luz en el mismo lugar.

El Instituto FLENI, el Hospital Austral y la Clínica Bazterrica fueron otros escenarios de la salud K. En doce años de kirchnerismo, el Hospital que depende de la Nación -que recibe fondos de la UBA-, fue completamente invisible para los protagonistas de la Década Ganada.

Cristina debería cumplir su premisa. Cada vez que la Presidenta de la Nación elige atenderse en el Otamendi, elige no ver de cerca el estado deplorable del Hospital Modelo, en el que los tres premios Nobel argentinos (Bernardo Houssay, Federico Leloir y César Milstein) hicieron sus residencias médicas e investigaciones.

Por día, unas 10 mil personas se atienden allí, en los más de 130 mil metros cuadrados que esperan hace años reformas clave. Alcanza con ver las persianas desde la calle, que se caen a pedazos. Los médicos, por lo bajo, se quejan de las condiciones laborales: muchos deben tener más de un trabajo para llegar a fin de mes. El Clínicas atiende también a afiliados de PAMI, y alrededor del 25% de sus pacientes no tienen ningún tipo de cobertura médica, según datos revelados por el propio Hospital. Los que más pierden son los que menos tienen: genial ejemplo de redistribución.

Lo que explotó hoy -una vez más-  fue el relato. Una calle separa a la Presidenta de esa realidad, que afecta a miles de pacientes. Debería "ponerse el traje de pobre" y cruzarla algún día. Ya no está en campaña. No necesita votos. Pero muchos necesitan que esta situación cambie.
 

(*) Editor General de Perfil.com