El subsecretario general de Presidencia, Valentín Díaz Gilligan, fue acusado de ocultar en sus declaraciones juradas un depósito de US$ 1,2 millones en la Banca Privada d'Andorra (BPA). El funcionario, que no es el primero de la gestión de Cambiemos en ser cuestionado por estar vinculado a una empresa offshore, restó importancia a las informaciones en su contra.
"Estoy sorprendido por la trascendencia que tomó un hecho que tenía que ver con mi actividad privada y no con mi actividad pública, que empezó recién en diciembre de 2013", afirmó Díaz Gilligan.
Días Gilligan explicó que durante su trabajo en la actividad privada asesoró "a muchas empresas y, entre otras, hicimos una asesoría para atraer a la argentina el canal GolTv, una señal que está en casi todos los países de América, Enzo Francescoli, Nelson Gutiérrez y Francisco Casal".
"En ese contexto me solicitan asumir como directivo y como asesor de una empresa radicada en Gran bretaña, con absolutamente todo en regla, no es una empresa offshore. Esa empresa abre cuenta en el banco de Andorra, hay diversas transferencias que tienen que ver con la actividad de ellos y especialmente de Francisco que hace más de treinta años que es representante de jugadores", expuso el funcionario en declaraciones a radio La Red.
Esa actividad la realizó aproximadamente dos años, desde enero de 2012 a fines del año siguiente. "Cuando a mí me nombran director de Turismo en la ciudad de Buenos Aires en diciembre de 2013 le solicito salir del puesto de director porque me parecía que había cumplido en una etapa, y esto sucede durante 2014 pero tampoco era una actividad incompatible con la función pública", precisó.
Sobre la empresa de la cual fue directivo, sostuvo que "no es una offshore", sino que se trata de una empresa radicada en Gran Bretaña, en Londres, "con todos los papeles e impuestos al día". "Yo no cobré diviendos, sueldos, honorarios, por eso el título rimbombante que saca El País parece casi insólito, porque decir que oculté algo que está declarado como una cuenta de una sociedad en Londres y que no era mía personal parece raro por lo menos", especificó.
Consultado por si tardaron seis meses en darte de baja, confirmó: "Es cierto, es el tiempo que ellos se tomaron en hacer el reemplazo, pero de vuelta, yo podría haber seguido siendo directivo porque no es incompatible con la función pública ser director en sociedades anónimas. La decisión fue mía de abrirme de eso porque era un proyecto que no había llegado a buen puerto porque no habíamos podido cumplir los objetivos. Y sencillamente yo empecé ahí sí una función pública y quería preservarme de sociedades en las que no estuviera involucrado en el día a día".
De ese modo, se desvinculó de los fondos de la BPA: "La plata pertenece a Francisco Casal que es producto de su trabajo de intermediación y es el que se queda en la sociedad y es el que figura actualmente en los papeles".
En referencia a los cuestionamientos que surgieron una vez se dio a conocer la información por parte del medio español, consideró: "No se puede desarrollar un país con corruptos en el sector publico, con lo cual en este caso también por eso la preocupación y el asombro con un titular que tienen que ver con la actividad privada y no la pública y que a veces quieren hacer creer que es todo lo mismo, pero está claro que la gente no lo ve así o por lo menos o lo demostró el año pasado en las urnas".
"No es lo mismo enriquecerse a costa del Estado que participar en una sociedad que trabaja en la intermediación deportiva, son dos mundos completamente distintos y eso es lo que me parece que en esta nota quisieron confundir o ensuciar", concluyó.