Dos de los secretarios privados de Cristina Fernández de Kirchner, quienes (al igual que el matrimonio presidencial) incrementaron su patrimonio en forma espectacular y sospechosa, ahora deberán explicar su fortuna ante la justicia.
El juez federal Claudio Bonadío citó a declarar a los secretarios Jorge Isidro Baltasar Bounine, alias "Isidro", y Héctor Daniel Muñoz, conocido como "Danielito". El magistrado quiere que los funcionarios expliquen su crecimiento patrimonial por presunto enriquecimiento ilícito, en el marco de una causa iniciada por una investigación de la revista Noticias.
Isidro Bounine hasta hace poco era uno de los encagrados de la agenda de la presidente, y es un viejo conocido de los Kirchner en la época que gobernaban Santa Cruz. Comenzó a trabajar en la SIDE durante la presidencia de Néstor, y pasó a Casa Rosada cuando asumió Cristina. En 2005, su fortuna era de 15.000 pesos; tres años después había trepado a 830.000, un incremento de 45 veces que no se justifica con su sueldo de poco más de 14.000 pesos.
Por su parte, Daniel Muñoz supo ser la sombra de Néstor Kirchner desde su época de gobernador hasta la presidencia. Para hablar con el ex mandatario, primero hay que pasar por "Danielito". Pasó de declarar $14.000 en 2003 a $1.579.172 cinco años después, un aumento del 11.180 por ciento, difícil de alcanzar con su salario de 15.000 mensuales.
El fiscal Guillermo Marijuán imputó a ambos en noviembre pasado , en una causa en la que también está incluído Daniel Álvarez, otro ex secretario de la presidencia que renunció y ahora quiere ser candidato a la intendencia de Río Gallegos.
La Oficina Antocorrupción ya había observado las inconsistencias de la declaración jurada de Bounine en 2008, pero el secretario respondió entonces que había un monto ahorrado en dólares que no había sido incluido en su declaración. Su contador Marcos Gutman, argumentó que Bounine "no supo confeccionar la declaración jurada" y por eso "cometió errores", dijeron fuentes judiciales al diario Clarín.
En una causa similar por enriquecimiento ilícito está imputado otro hombre de confianza de Cristina Kirchner, Fabián Gutiérrez, quien renunció a su cargo de secretario de la presidente por "motivos personales". El ex funcionario se construyó una mansión de 480 metros cuadrados en El Calafate que le habría costado un millón de dólares.