El ex presidente Eduardo Duhalde volvió a la escena política, en el momento de mayor debilidad del poder de los Kirchner, para ubicarse del lado del agro, defendiéndolos del "desagradecimiento" del gobierno nacional y hasta calificándolos de "patriotas".
Duhalde incluso rechazó las acusaciones de golpistas emitidas desde el Poder Ejecutivo contra algunos sectores agropecuarios.
"Las decisiones (del gobierno sobre el campo) las toma un grupo que nadie conoce. No lo hace este señor, (el Secretario de Agricultura, Javier) De Urquiza, sino que ellos después tienen que salir en televisión a defender lo que dicen los que no saben", explicaba Duhalde, ante un reducido auditorio compuesto por miembros de la Asociación Argentina de Amigos de la Fundación Konrad Adenauer.
Durante la cena, ante no más de medio centenar de personas y algunos medios periodísticos, Duhalde dijo sentir dolor por la actitud del gobierno de Cristina Fernández hacia el campo.
"Me duele tanto el desagradecimiento del gobierno nacional...", sintetizó el ex mandatario. "Únicamente acá es un delito tener muchas hectáreas y explotarlas", sostenía Duhalde, en la reunión de anoche, en una casona del barrio porteño de Recoleta.
Acto seguido, mientras reiteraba sus elogios al Brasil de Lula Da Silva, rechazaba "el desvarío del gobierno nacional acusando a esos patriotas argentinos, trabajadores argentinos, de golpistas".
Ante los comensales, que lo presentaron como "el presidente que nos sacó de la crisis 2000-20001", Duhalde se autoelogió al señalar que, al asumir el poder en medio de la crisis, el sí sabía lo que había que hacer, sobretodo en materia de desarrollo productivo.
Pero volvió a poner en el mismo plano a Menem y a Kirchner, al recordar que el riojano venía de una provincia "donde la palabra productividad no existía", al igual que el santacruceño. "El Ministerio de Producción que yo había creado, fue lo primero que eliminó Kirchner" al asumir en 2003, argumentó Duhalde.
Esta es la segunda vez que Duhalde, después de su prolongado ostracismo, hace públicas sus fuertes críticas hacia quienes fueran sus aliados, el matrimonio Kirchner. La primera fue cuando consideró que existía un "doble comando" en el oficialismo.
El antecesor de Kirchner recurrió nuevamente a una de sus frases predilectas: "Soy optimista porque la Argentina está condenada al éxito", reiteró.
Fuente: DyN