La carrera ya empezó, pero la meta todavía es bien lejana. Un análisis de las encuestas un año antes de las últimas elecciones presidenciales es contundente: la película final puede ser bien distinta a la foto del momento. Candidatos que se bajan, otros que se consolidan lentamente y algunos que ni son tenidos en cuenta en la previa. Eso, sin contar situaciones que exceden el ámbito de la política, como la muerte de un postulante.
Por el nivel de incertidumbre, muchos analistas comparan la situación política actual con la de 2003, cuando era imposible hacer un pronóstico certero de quién iba a suceder a Eduardo Duhalde en la Presidencia. Otros, creen que el escenario es más predecible.
Lo cierto es que, en 2002, Néstor Kirchner medía menos de 10% en todas las encuestas. Ya sonaba como candidato, sobre todo después de que Carlos Reutemann renunciará antes de la largada. Pero todavía tenía a José Manuel De la Sota como contendiente. Carlos Menem, por su parte, buscaba regresar al poder, pero las encuestas no lo mostraban con muchas chances. En abril de 2003, las urnas lo colocaron en el primer puesto, con el 24% de los votos. Por el contrario, Adolfo Rodríguez Saá en la previa estaba consolidado como el peronista con más chances, al punto que en varias encuestas estaba en un virtual empate con Elisa Carrió. Finalmente, el puntano quedó cuarto y la chaqueña quinta, con apenas el 14%. El que no era tenido en cuenta era Ricardo López Murphy. Todavía en 2002, figuraba con menos de 5% en las encuestas. Al final, quedó tercero, a 6 puntos de Kirchner.
En octubre de 2006, el matrimonio presidencial dejaba el misterio sobre cuál de los dos encabezaría la fórmula. “Puede ser pingüino o pingüina”, decía él, que daba más garantía de triunfo según todas las encuestas. No obstante, cualquiera de los dos le permitía al kirchnerismo mantenerse en el poder. Eso fue lo que terminó bajando al opositor que mejor posicionado estaba según las encuestas: Mauricio Macri. Más atrás, lo seguían Roberto Lavagna y Elisa Carrió, en ese orden. Un año después, Lilita se consolidó en el segundo lugar.
En 2010, el panorama también era incierto. Todo hacía prever que Néstor sería el candidato del kirchnerismo. En la oposición se perfilaban Macri, Cobos y Alfonsín. Y los números coincidían en que Néstor y Cristina ganaban la primera vuelta, pero perdían el ballottage con cualquiera. Incluso había estudios que mostraban a Scioli como el oficialista con más chances. La muerte de Néstor cambió el tablero. Cristina se disparo en las encuestas y la oposición se dispersó mucho más. Los encuestadores suelen explicar que sus informes son fotografías del momento y que, con tanta anticipación, es conveniente analizar la imagen de los candidatos y no la intención de voto. Hoy, todas las fotos coinciden en poner a Macri, Massa y Scioli como los mejor posicionados. ¿Saldrá igual en un año?
Carrió, la más volátil
Las encuestas hechas con tanto tiempo de anticipación muestran que la más volátil es Elisa Carrió. Hubo veces que se vio perjudicada, y otras beneficiada. En 2002, en plena crisis política, la líder del ARI, todavía con la cruz a la vista, encabezaba todas las encuestas de intención de voto, en algunas empatando con Adolfo Rodríguez Saá. En abril de 2003, el porcentaje de votos se mantuvo, pero en lugar de ganar salió quinta.
Para las presidenciales de 2007, por el contrario, los sondeos de opinión pública la relegaban a un cuarto lugar, detrás de Mauricio Macri y Roberto Lavagna. Finalmente, sacó alrededor de diez puntos más de lo que se preveía y se consolidó en un cómodo segundo puesto, aunque lejos de Cristina Kirchner.
La última vez pasó lo contrario. Su imagen venía de capa caída, siendo una de las dirigentes con peor nivel de imagen negativa. No obstante, las encuestas le otorgaban más del doble de votos de los que finalmente obtuvo: entre 7% y 10%, y terminó sacando el 3% en las primarias y el 1,8% en las generales.
Mejor perfilado
En las últimas dos elecciones, Mauricio Macri se perfilaba un año antes como uno de los opositores mejor posicionados. Sin embargo, al final decidió pelear por la Jefatura de Gobierno porteña y se bajó de la pelea presidencial. En esta oportunidad, ya no tiene esa alternativa porque no puede ser reelecto en la Ciudad, pero las encuestas le sonríen y lo entusiasman.
En 2006, según los sondeos, el ingeniero estaba lejos de Néstor o Cristina Kirchner, que todavía no habían decidido quién se iba a postular al año siguiente. Pero estaba más arriba de Roberto Lavagna y Elisa Carrió.
En 2010, con Néstor todavía vivo, Macri y Julio Cobos eran los opositores que más chances tenían de llegar a la presidencia un año después. Cualquiera de los dos le ganaba un ballottage al matrimonio presidencial.