El Gobierno empujó a la oposición a un laberinto al plantear el pago de la deuda a los bonistas en territorio nacional como una cuestión de vida o muerte. “Patria o buitres”, propuso el kirchnerismo. Los dirigentes de la oposición –algunos transitando un camino de dudas– unificaron una posición de rechazo a la iniciativa kirchnerista. Y demostraron que, salvo algunas excepciones, carecían de una postura bien definida de cómo resolver de una manera diferente a la que propone la Casa Rosada el problema de la deuda externa.
El problema resultó un experimento decisivo para las fuerzas políticas que pretenden suceder a Cristina Kirchner a partir del año próximo. El fallo del juez Thomas Griesa obliga a la Argentina a pagarles a los holdouts que entablaron una demanda en la jurisdicción de Nueva York. El Poder Ejecutivo se negó a negociar alegando que se dispararía la cláusula RUFO, que establece que no se les puede ofrecer a los fondos buitre más dinero que a los bonistas que entraron en los canjes de 2005 y 2010.
Rápido de reflejos, el jefe de Gobierno porteño, Mauricio Macri, fue el primero en manifestarse. Dijo que había que acatar el fallo, no tal cual como dice Griesa, pero sí en cuotas y a largo plazo. Y, en consecuencia, rechazó cambiar la jurisdicción de Nueva York. “Nosotros propusimos reabrir el canje en 2012 y el Gobierno se opuso”, dijeron desde el macrismo. El jefe de Gobierno se adelantó así a sus rivales presidenciables.
El líder del Frente Renovador, Sergio Massa, demoró en dar una definición. Consultó por teleconferencia al economista Roberto Lavagna, que le aconsejó presentar un proyecto alternativo fijando como jurisdicciones de pago París y Basilea. El otro economista del massismo, Martín Redrado, afina la letra chica. El Frente presentará la iniciativa el martes en el Congreso.
El gobernador bonaerense, Daniel Scioli, tampoco tenía claro cómo pronunciarse. Entonces consultó a tres economistas: Mario Blejer, Miguel Bein y Roberto Lavagna. Los tres le desaconsejaron apoyar la propuesta de la Rosada, pero pese a ello el gobernador se mostró a favor de la “batalla” contra los buitres pagando en territorio nacional. Su posición es diferente, se postula como presidenciable dentro del kirchnerismo y precisa del núcleo duro de votos que tiene esa fuerza para competir en las primarias.
En UNEN oscilan entre votarlo en contra o abstenerse, y presentar una propuesta alternativa. Pero para no quedar encasillados como pro buitres denunciaron que la oferta del kirchnerismo es una maniobra política que pretende deslindar en el Congreso la responsabilidad por su “impericia” ante los problemas económicos. Su postura es que hay que seguir negociando para evitar gatillar la cláusula RUFO, pero no tienen claro cómo hacerlo. Elisa Carrió, una de las líderes del Frente, pidió no caer en la trampa del Ejecutivo, que pretende “imponer la agenda”. Pero más allá de los deseos, el proyecto comenzará a discutirse la semana próxima en el Congreso nacional.
El macrismo jugó primero y pidió cumplir la sentencia
“¿Esto tiene alguna posibilidad de éxito?” Habían pasado apenas algunos minutos de las ocho de la mañana del jueves cuando Mauricio Macri escuchó de boca de sus tres economistas de cabecera la misma respuesta: “No, hay que votar en contra”.
En una reunión convocada de urgencia, y con distintos argumentos, Carlos Melconian, Rogelio Frigerio (presidente del Banco Ciudad) y Federico Sturzenegger (diputado nacional) le explicaron al líder del PRO que el proyecto que había enviado CFK para reabrir el canje no podría mejorar las cosas.
Frigerio le dijo que era prácticamente imposible generar una buena expectativa mudando la jurisdicción a la Argentina; Sturzenegger le recordó que, hace más de un año, propuso reabrir el canje para que ingresaran los holdouts y el kirchnerismo lo criticó duramente; y Melconian le dijo que habría un impacto negativo “en la calle”. Es decir, en la actividad económica, la inflación y el empleo. La reunión, que duró una hora, también incluyó al gabinete porteño, a la senadora Gabriela Michetti y al diputado Federico Pinedo. El único tema era comunicarlo de forma rápida y que no dejara al PRO ligado a los fondos buitre. Se convocó a una conferencia de prensa para rechazar el proyecto. Se transformó en el primero de los presidenciables en tener una postura al respecto. ¿Qué propuestas surgieron? “Generar confianza en que se cumplirá la sentencia cuando se pueda”, confió Pinedo a PERFIL. “La conclusión es que el Gobierno no puede pedirle a la oposición, 12 años después, que lo ayude a resolver algo que no solucionó en esos años”, dijo Melconian a este diario.
El massismo propone otras sedes para sortear a Griesa
El proyecto que presentará el Frente Renovador como alternativa a la iniciativa enviada por el Gobierno para reabrir el canje de deuda y cambiar la jurisdicción de los pagos ya está listo. Durante este fin de semana, Sergio Massa se encargó de hablar con legisladores de distintos bloques opositores para encontrar acompañamiento y negociar modificaciones.
En caso de que la posición no se haga eco de su propuesta, el diputado nacional del Frente Renovador presentará el proyecto sin cambios el próximo martes. Su equipo económico, jurídico y político trabajó desde el miércoles en la normativa.
“Coincidimos en que es necesario tener una ley que les permita a los bonistas pagar el vencimiento de septiembre, pero el proyecto del oficialismo, además de no especificar los nuevos lugares de pago, tiene errores en aspectos jurídicos e instrumentales, por lo que trabajamos en un nuevo memo”, explicó el economista Miguel Peirano. A diferencia del proyecto de “Ley de pago soberano local” que presentó Cristina Kirchner, la iniciativa massista detallará cuáles deben ser las sedes de pago para que los bonistas que ingresaron a los canjes de 2005 y 2010 sorteen el bloqueo del juez Thomas Griesa y así poder cobrar antes del vencimiento del 30 de septiembre. La sugerencia de presentar un nuevo proyecto fue propuesta por el ex ministro de Economía Roberto Lavagna, quien debió seguir el avance del mismo vía teleconferencia por estar en Benito Juárez. Massa ya presentó el proyecto al gobernador José Manuel de la Sota y a los senadores Adolfo Rodríguez Saá, Roberto Basualdo, y Graciela Di Perna.
Cree que hay que apoyar al Gobierno como en una guerra
Daniel Scioli pidió “colaborar y acompañar” el proyecto de ley que presentó la presidenta Cristina Kirchner para el pago de la deuda externa. Lo hizo a pesar de que los economistas consultados no mostraran su mismo optimismo sobre el camino que sigue el Gobierno contra los fondos buitre.
“Algunos lamentablemente anticiparon su voto en contra, ahora yo pregunto: ¿votar en contra de esto qué significa?, ¿votar a favor de qué? De los buitres”, arremetió el gobernador contra la oposición. Antes de hacer estas declaraciones, Scioli pidió la opinión a tres economistas. Se trata de Miguel Bein, Mario Blejer y Roberto Lavagna, quien está al mando del proyecto del Frente Renovador, y a quien decidió consultar a pesar de su alineamiento con Sergio Massa.
El estudio Bein y Asociados realizó un informe en el que se criticó no poder conseguir la cautelar que hubiera permitido liberar los pagos a los bonistas, y se explicó que una dilatación en el acuerdo, tal como propuso el Gobierno, llevaría a que el último año de mandato transite con más presión sobre el dólar y las reservas. Bein considera que el Gobierno debe volver a la ruta del endeudamiento externo cuanto antes para reactivar la producción y el consumo. Por su parte, Blejer tenía dos presentaciones públicas esta semana, en las que debía fijar su posición frente al proyecto enviado al Congreso, pero prefirió no asistir y guardar silencio. En tanto, el presidente del Banco Provincia, Gustavo Marangoni, tomó distancia de la postura oficial. “Hay que buscarle la vuelta y negociar”, dijo ayer al diario La Nación. Scioli escuchó a estos economistas pero decidió, de todos modos, apoyar al Gobierno. “En la política exterior hay que encolumnarse detrás del Gobierno porque hay que defender al país más allá de las opiniones. En términos extremos, la política exterior se piensa como una guerra: no facilitar la defensa del Gobierno por el país es ser funcional a los intereses externos”, explican en el entorno del gobernador sobre su posición.
Liman diferencias en UNEN para acordar una alternativa
En el Frente Amplio UNEN unificaron una postura crítica respecto al proyecto del Gobierno para afrontar el problema de la deuda externa, pero sin embargo todavía no lograron fijar una alternativa concreta para solucionarlo. Hasta ahora, sólo se limitan a insistir con que el Gobierno debe seguir negociando de manera de cumplir con la sentencia del juez Griesa pero recién en enero, cuando no entre en vigor la cláusula RUFO.
Mientras tanto, los referentes de UNEN coinciden en recalcar que la iniciativa de Cristina es política y no económica, y que busca identificar con los fondos buitre a quienes se opongan al proyecto. En ese punto basaron sus declaraciones tanto Hermes Binner como Elisa Carrió y Pino Solanas. Hablaron de “trampa” y “estrategia” del Gobierno para encasillarlos con los holdouts y sacar provecho político de eso.
Además, denuncian que la Presidenta quiere “socializar con la oposición la mala praxis” del Gobierno en el manejo del conflicto con los holdouts. Así lo expresaron Ernesto Sanz y Julio Cobos, por ejemplo, que insisten con la idea de que para hacer lo que plantea el proyecto no es necesaria una ley, sino que el Ejecutivo cuenta con las facultades para cambiar la sede de pago.
Puertas adentro de cada partido siguen estudiando opciones para presentar una alternativa. El siguiente paso será reunirse con el resto de los miembros de UNEN para intentar alcanzar una propuesta común. Y allí es donde podrían surgir rispideces: los radicales y Solanas, por ejemplo, no tienen la misma visión del tema deuda externa. Lo que tienen en claro, de todas formas, es que no creen en las soluciones que plantearon tanto Mauricio Macri como Sergio Massa. El primero por querer pagar la totalidad, el segundo porque no soluciona el problema de fondo y Argentina seguiría sin cumplir una sentencia.