"¿Vos que pensás?, ¿Llegamos al 1.5 por ciento?", se preguntaban entre sí los militantes y colaboradores del Frente de Izquierda reunidos en el búnker de Venezuela 818. Una mezcla de nervios y ansiedad se sumaba a la ilusión por superar un obstáculo que consideraban injusto y antidemocrático. A medida que iban llegando los primeros datos oficiales, el clima de victoria transformaba los rostros en felicidad pura.
El búnker ya estaba preparado para reunir a los periodistas, que querían presenciar el momento en el que el Frente de Izquierda conseguía o no el tan ansiado “milagro”. La campaña vía Twitter de #unmilagroparaaltamira, iniciada por Jorge Rial y Gustavo Sylvestre, tuvo fuerte impacto mediático. Sin embargo, para el candidato a presidente Jorge Altamira, las claves del éxito fueron la coherencia y la solidez del mensaje.
Minutos después de las 18, una vez cerrados los comicios, los celulares comenzaron a sonar de forma constante. Los representantes del Frente de Izquierda, entre los que se encontraba el candidato a vicepresidente Christian Castillo y el dirigente del Partido Obrero, Néstor Pitrola, no podían dejar de escuchar la catarata de datos alentadores que provenían de diferentes partes del país. “Hay que ser cautos”, decía Castillo.
Pasadas las siete de la tarde, Altamira llegó al bunker en medio de aplausos y cánticos. Tras atender a los periodistas, uno por uno, se dispuso a escuchar las cifras que le acercaban sus colaboradores. A las 21.04, la imagen del Ministro del Interior, Florencio Randazzo, que anunciaba los primeros datos oficiales, representó uno de los momentos de máxima efervescencia. El 2.19 por ciento momentáneo indicaba que el milagro ya era una realidad.
Alrededor de las 22, y a la espera de que Cristina Fernández de Kirchner y Alfonsín terminen sus discursos, Altamira inició su conferencia de prensa: “hemos superado los obstáculos, hemos obtenido una victoria histórica”. Luego, en uno de los momentos más emotivos de la noche, el líder del PO casi rompe en llanto tras dedicarle el triunfo al joven Mariano Ferreyra, militante del Partido Obrero asesinado el año pasado.
Todo era felicidad. “A la izquierda no nos queda más que celebrar ¡Si nos obligan, vamos a festejar!”, exclamaba Christian Castillo ante Perfil.com. La imagen de la victoria reunía a Altamira y Castillo con las manos alzadas. Sus exclamaciones fueron acompañadas por aplausos y gritos. El llanto de los militantes y “compañeros” representaba un desahogo.
Luego de la conferencia, Altamira y Castillo se acercaron hacia el gran ventanal que daba a la calle Venezuela, para agradecerle su presencia a la gran cantidad de jóvenes exultantes que guardaban por la confirmación de aquello que venían soñando. Llegada la medianoche, los abrazos entre los dirigentes del Frente de Izquierda no cesaban. El candidato a vice, que no podía disimular su alegría, movía los brazos en señal de festejo.
Altamira, visiblemente cansado luego de una extensa jornada, respondía las últimas preguntas de los periodistas, sin quitar de su rostro el placer de haber cumplido un objetivo. El candidato a presidente por el Frente de Izquierda sabe que sólo dio el primer paso, pero le agradece al electorado la posibilidad de dar el segundo.
(*) Especial para Perfil.com.
Los autores son alumnos de la carrera de Periodismo de la Universidad del Salvador.