Harto de esperar que el Gobierno autorice a operar en el país a su compañia Air Pampas, el empresario aeronáutico español Antonio Mata se atrevió a revelar a la revista Noticias lo que ningún hombre de negocios había denunciado públicamente hasta ahora: un supuesto pedido de coima por parte de un funcionario "K", cuyo monto sería de seis millones de dólares.
El alerta fue dado por una solicitada publicada en los diarios, en la que, debajo de la caricatura de un forzudo que detiene con cadenas a dos aviones, la empresa comunicó hace unos días que lleva "más de nueve meses" esperando que la Secretaría de Transporte, a cargo del Ing. Ricardo Jaime, le brinde la autorización correspondiente.
"Teniendo en cuenta que el plazo en la que se aclara el tiempo que lleva demorado el trámite cuyo plazo legal es de 20 días, la demora resulta difícil de entender", reza finalmente el texto de Air Pampas, que llevó a Noticias a consultar a Mata (principal accionista de la empresa y ex gerente general de Aerolíneas Argentinas) sobre un tema que claramente olía muy mal.
En la charla que la revista publica en exclusiva en su último número, tras los lógicos rodeos iniciales el empresario reconoce claramente que, a cambio de la postergada licencia, Jaime le pidió a través de un tercero que comprara en seis millones de dólares la aerolínea Safe Fly, propiedad de un empresario muy cercano al secretario de Transporte: Ricargo Cirigliano, conocido como "El Gordo".
El dato clave es que, lejos de valer el monto que habría sido requerido para su compra, Safe Fly -dice la nota de Noticias- "no tiene aviones ni rutas confirmadas, y hoy pierde 170.000 pesos por mes en pagar los sueldos de sus casi 100 empleados, que fueron absorbidos de la desaparecida Southern Winds, la aerolínea de las 'narcovalijas' que cuatro años atrás le complicó la vida a Jaime".
Antes de la confirmación de Mata, Noticias entrevistó a un alto directivo de Air Pampas, que pidiendo el resguardo de su nombre pero en representación de la compañía dijo: "Fueron dos reuniones, siempre en el Hilton. Y antes, el propio Jaime había hablado con Mata por teléfono para explicarle cómo era la cosa".
En esas charlas, según cuenta más adelante el propio Mata, "un sindicalista vinculado al funcionario" le hizo la singular exigencia, que él se negó a aceptar. "¡Es que esa empresa no vale nada, hombre! Son papeles, no tiene existencia real", dice el empresario para fundamentar su negativa, sin poder creer aún un episodio que, sin dudas, dará mucho de qué hablar.