El Consejo de la Magistratura dio este jueves el puntapié inicial contra los camaristas Eduardo Farah y Jorge Ballesteros. Ambos quedaron bajo la lupa, y fueron denunciados por Elisa Carrió el mes pasado, después del fallo con el que liberaron a Cristóbal López, que además mejoró su situación procesal grcias al cambio de carátula.
Aunque Lilita apuntó contra ambos -deslizó que pudo haber habido una compensación económica por el fallo-, es Ballestero el principal objetivo del oificialismo en el Consejo. La presentación de la legisladora se sorteó hoy y la instrucción del expediente recayó en el diputado oficialista Pablo Tonelli. Este legislador, uno de los referentes judiciales de Cambiemos, fue quien instruyó la investigación contra el destituido camarista Eduardo Freiler, ex compañero de Sala de Ballestero, y el primer objetivo del macrismo en tribunales.
Desde el Ejecutivo esperan que Ballestero esté fuera de tribunales en los próximos meses y para eso apuestan a que dé un paso al costado. La cercanía de Ballestero y Freiler, compañeros en la Sala I durante muchos años, es un elemento en su contra desde la visión de Casa Rosada. Sostienen que ambos componían la “Sala K”, por sus fallos en sintonía con el kirchnerismo, para lo que tenían que estar de acuerdo, por lo cual le apuntan a él ahora.
La primera medida contra Ballestero fue pedir sus declaraciones juradas. A partir de eso se verá cómo sigue el camino del juez, que lleva 38 años de trabajo dentro del Poder Judicial y es apreciado en el edificio de los tribunales de Retiro. Tras esta primera medida, se comenzará a examinar su patrimonio y se iniciará el camino que lo puede dejar a las puertas del juicio político.
La expectativa del macrismo es que Ballestero acepte dar un paso al costado con su jubilación. Cerca del magistrado sostienen que él no quiere irse por la puerta del costado. En el macrismo confían que hay un factor clave para lograr que acepte su salida: “evitar el escarnio público”, dicen. Sostienen que si se queda, pasará un desgaste fuerte, como el de Freiler, y que su salida será inevitable.
En ese sentido, apuestan a una mala experiencia que vivió el camarista en el country Mayling, donde el año pasado sufrió un escrache en el restaurant donde comía. “Con un proceso en su contra eso se va a acentuar”, advierten.
En Comodoro Py no ven con buenos ojos la avanzada contra el juez. Parte de los consultados coincidieron en considerar que el oficialismo ya tiene la decisión de sacarlo, entonces no importa “qué encuentren en la investigación, lo van a hacer igual”.
Ballestero fue apuntado por Carrió por su patrimonio. En su declaración, la referente de Cambiemos pidió “que se realicen las investigaciones necesarias a fin de establecer la posibilidad de que ese decisorio voto pudiera haber estado influido por razones que podrían estar vinculadas con intereses económicos del magistrado".
En la denuncia, la diputada nacional detalló frentes que enfrentó el magistrado y que fueron cerrados en distintas oportunidades. E hizo referencia "la compra de un dúplex" en la avenida Figueroa Alcorta que se habría comprado -sostuvo- con un "crédito simulado".
En paralelo a esta presentación, Farah y Ballestero también comenzaron a ser investigados en el Consejo, tras una presentación de la Corte, para determinar cómo se conformó el tribunal, al que Farah fue para desempatar la situación que se había dado entre Ballestero y Leopoldo Bruglia, el otro miembro de la Sala I.