POLITICA
una iniciativa polemica

El gobierno de Vidal analiza sumar a las Fuerzas Armadas en tareas de seguridad

Buscan apoyo “logístico” e incluso contar con “acompañantes” en patrulleros. Lo impulsa el ministro Cristian Ritondo y entra en tensión con los límites de la ley de Seguridad Interior. Galería de fotos

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Uniformes. Vidal con el Grupo Halcón. Ahora buscan ampliar a otras fuerzas. | Cedoc Perfil

Al desembarco de la Federal, la Gendarmería, la Policía Aeroportuaria y la Prefectura para luchar contra la inseguridad en la provincia de Buenos Aires podrían sumarse, en los próximos meses, los efectivos de las Fuerzas Armadas.

La idea que manejan en el Ministerio de Seguridad bonaerense que encabeza Cristian Ritondo es que la Fuerza Aérea y el Ejército brinden apoyo logístico en los distintos operativos que comenzaron la semana pasada.

Según la Ley de Seguridad Interior, las Fuerzas Armadas no pueden actuar en la seguridad interior ni tener un rol operativo en el combate contra el narcotráfico. Pero están habilitadas a ofrecer tareas de apoyo o participar en operativos de áreas como salud, educación y hasta desarrollo social, como por ejemplo el reparto de alimentos o remedios.

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Por ello, en la Provincia analizan solicitarle al Ministerio de Defensa que conduce el radical Julio Martínez que preste equipamiento y tecnología para reforzar a la Bonaerense y a las fuerzas federales que, progresivamente, comenzaron a desembarcar.

Según los primeros borradores, que serían plasmados en una carta oficial que le enviaría Ritondo a Martínez, la Gobernación solicitaría un informe para saber qué disponibilidad y qué capacidad operativa existe para colaborar. En particular, en la Provincia observan como potables:

-Vehículos blindados.
-Helicópteros y aviones.
-Equipos de comunicación.
-Camiones de transporte.

Incluso, cuentan las fuentes, podrían usarse cuarteles en desuso como lugares de detención transitoria ante el colapso del sistema carcelario, donde hay más de dos mil presos en comisarias.
“No queremos modificar la Ley de Seguridad Interior sino hacer uso de los recursos que hoy tienen las Fuerzas Armadas”, plantean en la Provincia. “Y la ley no nos impide solicitar apoyo logístico”, agregan.

En todo caso, sería un complemento a los 7 mil agentes de fuerzas federales que comenzaron a incorporarse a los patrullajes y puntos fijos del territorio bonaerense. Claro que la tecnología y, sobre todo, la flota aérea sería un diferencial importante, aseguran en la Gobernación.

Otra idea que se deslizó en La Plata es sumar militares como “acompañantes” en los patrullajes. “En ese caso es un hilo muy fino y es discutible”, razonan cerca de Ritondo. Por ahora está descartado.
La Ley de Seguridad Interior fue concebida en tiempos donde se quería evitar, tras la feroz dictadura militar de 1976, que las Fuerzas Armadas puedan patrullar las calles y tener un rol coercitivo en la población. Otros tiempos. Tiempos turbulentos de Falcon verdes y paramilitares.

En este contexto, en el Ministerio de Defensa confiaron a PERFIL que “si se nos pide apoyo logístico no habrá ningún problema, aunque habría que ver cómo se pondría en práctica”. “De hecho hoy colaboramos, con la Fuerza Aérea, en la lucha contra el narcotráfico con el Ministerio de Seguridad. Pero tanto en Colombia como en México militarizaron la seguridad interior y fue un fracaso”, agregaron.

Antecedentes. En 2011 durante el gobierno kirchnerista el ministro de Defensa, Agustín Rossi, junto al secretario de Seguridad, Sergio Berni, habían puesto a las Fuerzas Armadas a trabajar en el Operativo Escudo Norte. El gobierno de Mauricio Macri renovó el plan hasta fin de este año en la lucha contra el narcotráfico.

Allí unos 1.700 militares de las Fuerzas Armadas participan en tareas de apoyo logístico con aviones y radares destinados a conseguir la intercepción de vuelos clandestinos.

Como sea, cualquier decisión deberá ser articulada entre Vidal y el jefe de Gabinete, Marcos Peña. Es que, tal como ocurrió con la ministra de Seguridad, Patricia Bullrich, desde que comienza a armarse el plan hasta su ejecución suelen pasar largos meses. Más aún: dado su perfil como radical, Martínez es de aquellos que mira con recelo cualquier movimiento fuera de lugar del Ejército.