POLITICA
pacto en el senado

El Gobierno ya prepara un nuevo candidato para la Corte

El Ejecutivo apuesta a un acuerdo con un sector del Peronismo Federal después de las PASO. Suenan Gil Lavedra y Arslanian.

Jueves. El presidente de la Corte, Lorenzetti, junto a su hijo durante el partido Boca-River.
| AFP

El Gobierno está dispuesto a enviar otro pliego para ocupar la vacante que dejó Raúl Eugenio Zaffaroni en la Corte Suprema. El primer intento fue con Roberto Manuel Carlés, un abogado de 33 años, que no pasó el filtro de la oposición. Pero la llave abrió la puerta tras la voluntad de senadores del Peronismo Federal (PF) de acompañar al oficialismo en la votación si se presenta un nombre “idóneo”. Esas negociaciones fueron anticipadas por PERFIL la semana pasada. Tres senadores del PF blanquearon a este diario sus ganas de votar a alguien preparado para solucionar la situación del tribunal, que está funcionando con sólo cuatro miembros.

Si se llega a un acuerdo, será después de las primarias de agosto, cuando el panorama político esté resuelto. La debilidad de Sergio Massa podría jugar a favor del kirchnerismo, porque muchos senadores del Peronismo Federal que están alineados hoy con el líder del Frente Renovador tendrían más margen de acción si la candidatura del tigrense se siguiera desmoronando.

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Lo ideal sería un nombre que genere consenso, como Ricardo Gil Lavedra o León Arslanian”, confió a PERFIL una importante fuente del Senado sobre el futuro pliego que podría enviar el Gobierno.

El kirchnerismo tiene 32 votos propios en la Cámara alta. Precisa 48 para aprobar a un reemplazante de Zaffaroni. O, en su defecto, los dos tercios de los presentes. Con los votos de sus aliados y los del Peronismo Federal le alcanzaría. Aunque hay dos legisladores que, a priori, rechazarían cualquier pliego: Juan Carlos Romero (Salta) y Carlos Reutemann (Santa Fe).

¿Hubo algún juego político de Lorenzetti que enojó al Gobierno? En principio, sus idas y vueltas con Sergio Massa y su declaración pública sobre que la Corte estaba para ponerle “límites al Poder Ejecutivo”. Esa última declaración enfureció a Cristina Kirchner.

La Casa Rosada preparó la contraofensiva para esmerilar el poder de Lorenzetti. Consideran que maneja el tribunal de manera “unipersonal” para defender “los intereses corporativos de los jueces”, según relató a PERFIL una fuente con llegada a la Presidenta.
 
Propuesta trunca.
Cuando el Gobierno propuso a Carlés, con la anuencia del papa Francisco, la oposición se abroqueló y firmó un documento en el que se comprometió a no renovar el staff de la Corte Suprema hasta que asuma la próxima administración. Sin embargo, ese pacto empezó a resquebrajarse cuando senadores del Peronismo Federal admitieron que estarían dispuestos a votar a otra persona si cumpliera con los requisitos para ser miembro del tribunal.

Está claro que el jefe de la bancada del PF, Adolfo Rodríguez Saá, dio ese giro por un motivo: no llegó a un acuerdo con Massa para hacer una gran interna del peronismo disidente en las PASO. Con él se sumaría el voto de la legisladora Liliana Negre de Alonso, y dicen que también el del massista –al menos hasta ahora– Roberto Basualdo. “Estamos cerca, es un trabajo finito, pero es una construcción que hay que hacer”, analizó un operador K en el Senado.

Pero la idea es ir trabajando de cara a agosto, cuando las internas resuelvan el panorama político. La incógnita más grande es qué hará de su futuro político Massa, sobre quienes algunos especulan que bajará su candidatura y otros que la sostendrá. Eso podría modificar el equilibrio dentro del bloque de Rodríguez Saá y también el del Movimiento Popular Neuquino.

Para enviar otro pliego, el Ejecutivo deberá archivar el de Carlés, que duerme el sueño de los justos en la Comisión de Acuerdos.


El Ejecutivo cree que Fayt no renunciará

La embestida contra el ministro de la Corte Suprema Carlos Fayt continúa. El Gobierno no tiene los votos para abrirle un proceso de juicio político en el Congreso. Lo que muchos definen como “fuegos de artificio” o estrategia de desgaste para forzar la renuncia del longevo juez, otros lo califican como una necesidad de Cristina Kirchner de mostrar a un gobierno que, lejos de estar en retirada, se enfrentará a los poderes “concentrados” hasta el último día. La posibilidad de que renuncie Fayt es vista como lejana por la mayor parte del Gobierno. Aunque eso podría producir otra vacante para negociar en mejores condiciones con la oposición, son pocos los que lo creen probable. Lo cierto es que la necesidad de reemplazar a Zaffaroni tiene que ver con hacer un contrapeso al poder de Ricardo Lorenzetti dentro del tribunal. “Los jueces le responden a Lorenzetti en la medida en que él hace declaraciones en favor de sus intereses. Ellos defienden su propio juego”, precisó un funcionario del Gobierno. La Comisión de Juicio Político de la Cámara de Diputados solicitó analizar la situación psicofísica de Carlos Fayt. Habrá que ver hasta dónde puede avanzar.