La Asociación Profesional del Servicio Exterior de la Nación (APSEN) defendió la resolución que el excanciller, Gerardo Werthein, tomó dos días antes de su renuncia, y que dispuso el traslado de 86 diplomáticos de embajadas y consulados. "En ningún caso se trata de designaciones políticas", subrayó el gremio.
El ex canciller presentó su dimisión este miércoles, atravesado por las internas con Santiago Caputo. Es el segundo ministro de Relaciones Exteriores que deja el cargo en la gestión libertaria, tras la primera experiencia de Diana Mondino en el área.
"Este procedimiento licitatorio se realiza desde hace décadas en el ámbito de la Cancillería argentina, con la intervención de las áreas administrativas competentes y conforme a las normas que rigen la carrera diplomática", detalló la asociación de diplomáticos en un comunicado, con el que desmarcó la decisión de Werthein de las internas del gobierno.
APSEN señaló que los traslados dispuestos "son necesarios para garantizar la continuidad operativa de las representaciones argentinas en el exterior, en tanto los funcionarios designados reemplazarán a aquellos que han cumplido sus respectivos períodos de servicio en el exterior y regresan al país".
"Cabe señalar que esta es la única licitación de traslados realizada durante el presente año, y que todos los funcionarios incluidos en la resolución son diplomáticos de carrera, pertenecientes a los rangos medios e inferiores del escalafón. En todos los casos, los funcionarios trasladados han cumplido con los tiempos de permanencia en el país, así como de experiencia y mérito previstos en la normativa", remarcó el gremio, que concluyó: "En ningún caso se trata de designaciones políticas ni de la cobertura de Jefaturas de Misión de Embajadas o de Consulados Generales".
De acuerdo al sindicato que representa los diplomáticos, las designaciones confirmadas este lunes, constituyen el "el paso final de un proceso administrativo regular y transparente iniciado el 12 de septiembre".
La renuncia de Gerardo Werthein
A menos de una semana de las elecciones, el presidente Javier Milei recibió la renuncia del canciller Gerardo Werthein, que revela las fuertes internas y la debilidad la gestión. Una de las hipótesis más fuertes señala que el ex canciller se habría hartado de los embates del asesor presidencial, Santiago Caputo.
En ese sentido, abona el hecho de que Caputo, quien carece de nombramiento en la administración pública, estableció canales paralelos de comunicación con Estados Unidos, socavando el rol del Ministerio de Relaciones Exteriores. Para eso, el asesor se valió del empresario Leonardo Scatturice, quien es socio del influyente consejero de Donald Trump, Barry Bennett, y quien además es conocido por el escándalo del avión que ingresó valijas al país sin pasar por el control de la aduana.
Fue a través de esa vía, y no por la Cancillería, que se concretaron los dos encuentros entre Milei y Trump, y se logró la promesa de un salvataje financiero de 40 mil millones de dólares del Tesoro norteamericano.
Sin embargo, luego de que Trump condicionara el desembolso de fondos a una victoria electoral del oficialismo, Daniel Parisini, conocido como Gordo Dan y aliado a Caputo, apuntó contra Werthein a quien acusó de ser el responsable de no haber informado correctamente que se trataba de elecciones legislativas y no presidenciales. Este episodio habría sido la gota que colmó la paciencia del ex canciller, acelerando su decisión de renunciar.
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