Si bien oficialmente hace diez días que la Administración Nacional de Aviación Civil (ANAC) no tiene un presidente, los rumores indican que su nuevo titular sería Alejandro Granados, hijo del intendente de Ezeiza, de mismo nombre. El pasado viernes 30 presentó su renuncia al organismo Rodolfo Gabrielli, luego de que un vuelo de Pluna aterrizara directamente desde Montevideo en Bariloche, sin la autorización que debía exigir la ANAC.
En febrero, Granados había sido ascendido de vocal a vicepresidente del Organismo Regulador del Sistema Nacional Aeroportuario (ORSNA), que es el cargo que ocupa hasta el momento. Según informó Clarín, ni en el Ministerio de Planificación ni en la Secretaría de Transportes había una confirmación del nuevo cargo de Granados. Hoy el Boletín Oficial. Su única experiencia fue su paso por la Orsna.
Además deberá lidiar entre los pedidos de apertura de rutas que presentaron Pluna/Aerovip y Buquebus, contra la oposicióni de los gremios aeronáuticos, en particular la Asociación de Pilotos (APLA) y la Asociación de Personal Aeronáutico (APA). Estos acusaron a Gabrielli de promover una política de “cielos abiertos” con otros países y esperan a su sucesor para plantearle sus reservas con respecto a los vínculos aerocomerciales con Uruguay, pero también con Brasil y Estados Unidos. Piden que haya una política de “reciprocidad” para Aerolíneas, Austral y hasta para LAN Argentina, empresa con la que acaban de mantener una dura negociación.
Ahora familia K. Quien sería el nuevo encargado de la Administración Nacional de Aviación Civil (ANAC) creció en un hogar marcado por la política. Su padre, Alejando Granados, fue uno de los integrantes del círculo íntimo del ex presidente Carlos Menem, tan vapuleado por los Kirchner. Su madre, Isabel Beatriz Visconti (conocida como Dulce Liberal), hoy es diputada oficialista. Además poseen el restaurante El Mangrullo, ícono de la era menemista.