El fútbol supo darle a Mauricio Macri la visibilidad necesaria para que el salto a la política sea una consecuencia casi natural. Bajo ese modelo, diputados y funcionarios de PRO se lanzan a militar en los clubes de fútbol más importantes.
En Boca aparece no sólo su presidente, Daniel “el Tano” Angelici, creador de los radicales PRO e íntimo amigo del jefe de Gobierno. El vicepresidente de Boca, Oscar Moscariello, es legislador porteño desde hace seis años, y es quien reemplaza a Angelici cuando está de viaje. Además negocia contratos y acuestiones institucionales.
Otro caso es el de Andrés Ibarra, quien está a cargo del departamento de marketing del club, y es ministro de Modernización de la Ciudad. También Enzo Pagani, legislador porteño, que está a cargo de Boca Social, que se dedica a realizar obras benéficas con el sello boquense (ya prepara un mega evento en La Rural el 8 de agosto para juntar fondos con Unicef).
“La relación entre política y fútbol es un fenómeno muy particular que, si bien se da en otros países del mundo, en Argentina está muy marcado porque da visibilidad y ejemplos exitosos como el de Mauricio”, describe Pagani a PERFIL. “El nivel de conocimiento es central. En la mayoría de los casos colabora con la construcción de perfiles personales pero también para recomponer la imagen de los clubes”, plantea el legislador del PRO.
Desde el domingo pasado, con el desembarco de Hugo Moyano como presidente de Independiente, llegó como primer vocal Cristian Ritondo, quien comanda el PJ macrista y es, a la vez, vicepresidente de la Legislatura porteña. Según explica Ritondo “según como administres el club te puede dar prestigio o te puede restar”. “En Independiente corro un riesgo porque hay una crisis administrativa y futbolística, y hay que ponerle mucho esfuerzo”, opina.
En River, tras la victoria de Rodolfo D`Onofrio a fin del año pasado, se le sumaron una gran cantidad de dirigentes. Entre los más conocidos está el senador Diego Santilli, hijo de Hugo (ex presidente del club). Junto a su hermano Darío, trabaja con acciones solidarias y armó un equipo de ex jugadores (con el Burrito Ortega, Pipa Gancedo y Enzo Francescoli) con los que organiza partidos a beneficio. “A Mauricio le sirvió mucho, pero no todos los casos son así, él fue el mejor presidente de la historia de Boca”, confía Santilli.
Por su lado, en San Lorenzo Sergio “Chiche” Constantino, subsecretario de Descentralización y Atención Ciudadana (se ocupa de las Comunas) es el Protesorero y se ganó la confianza de Marcelo Tinelli. Constantino milita hace muchos años en el club y llegó a ser intendente en la gestión anterior a la de Matías Lammens.
En otros equipos también hay macristas: Huracán, All Boys, y en Atlanta trabajó Javier Ibañez, ex titular de la Agencia de control comunal, a quien se lo pudo ver a los cintazos en plena pelea con barras de otro club.
En Racing un ex legislador del PRO, hoy financista de la campaña de Graciela Ocaña, Daniel Amoroso (quien maneja el sindicato de empleados de juegos de azar) ya empapeló la Ciudad con la idea de ser presidente del club.