POLITICA
Tras el "mi marido y yo fuimos arrestados varias veces"

El periodista que entrevistó a CFK, sorprendido por las reacciones ante la polémica frase

En diálogo con Perfil.com, Jens Glüsing, corresponsal de Der Spiegel, habló sobre la nota con la Presidenta. La entrevista completa en español.

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| Cedoc

Jens Glüsing jamas imaginó que la entrevista que le hizo con Helena Zuber a la Presidenta Cristina Fernández de Kirchner para la revista alemana Der Spiegel iba a traer tanto revuelo en el país. Pero así fue y es por ello que se lo nota sorprendido al atender el teléfono en su oficina de Río de Janeiro. "La verdad no entiendo el problema con la nota", dijo a Perfil.com.

El corresponsal de la publicación germana en América Latina explicó que la entrevista fue enviada a la Presidenta para que la vea y no hubo objeción alguna, como las que aparecieron luego de su publicación, debido a la presuntas detenciones del matrimonio K durante la dictadura. En el diálogo, CFK sostuvo: "Mi marido y yo fuimos arrestados varias veces".

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Luego, el Estado desmintió la publicación a través de un comunicado oficial. Si embargo, el periodista tiene otra versión y sostiene que no hubo quejas del Gobierno cuando tuvieron la nota antes su publicación. "No dijeron nada sobre esa frase", afirmó Glüsing, que ha entrevistado a varios presidentes de Latinoamérica como Evo Morales, de Bolivia, y Felipe Calderón, de México.

Lo mismo aseguró su compañera, Helena Zuber, al diario La Nación: "El subsecretario [de Medios, Alfredo] Scoccimarro nos transmitió algunas correcciones, pero en ningún momento mencionó las frases ahora desmentidas. No tenemos ningún interés en publicar algo que la Presidenta no quiera haber dicho".

Así las cosas, la polémica en torno a qué dijo o no la Presidenta parece lejos de saldarse. Perfil.com le preguntó a Glusing la grabación de la entrevista, pero el periodista se excuso al afirmar que en De Spiegel no suelen publicar las grabaciones de las entrevistas. Más allá de eso, la revista publicó en su sitio web la versión completa de la entrevista. A continuación, leela traducida al español.

SPIEGEL: Presidenta Fernández de Kirchner, la noche del martes, estará visitando la inauguración de la Feria del Libro en Frankfurt. Argentina es el país invitado este año. ¿Qué libro está leyendo en este momento?

Fernández de Kirchner: Un libro histórico sobre un héroe de nuestro movimiento independentista contra los jefes de la colonia española hace 200 años. Es tan bueno que mi colega venezolano Hugo Chávez me lo sacó. Lo leí en Nueva York, donde participé de la Asamblea General de Naciones Unidas.

SPIEGEL:
En la feria del libro, usted estará acompañada por un grupo de exitantes autores jóvenes, pero parece que tiene una relación más tensa con los periodistas. Ha presentado una controversial ley de medios en el Congreso. ¿Quiere mantener a la prensa con una correa corta?

Fernández de Kirchner: No, absolutamente no. Le avisamos a todos los partidos políticos por adelantado y de manera extensa. También nos orientamos basándonos en la legislación norteamericana.

SPIEGEL: Pero quiere centralizar la regulación de la distribución del papel de diarios. De cierto modo, el gobierno va a ser capaz de presionar a los medios con eso.

Fernández de Kirchner:  La Nación y Clarín, las compañías de diarios más grandes, tiene un monopolio sobre la producción del papel. El Estado solo mantiene una pequeña parte. Ellos dos puede acceder al papel a precios especiales, mientras fuerzan a otros a pargar más. ¡Eso es competencia desleal!

SPIEGEL: ¿No es ese un pretexto para disciplinar al diario más grande de Argentina, Clarín? Ha venido criticando a su gobierno por años.

Fernández de Kirchner: Todos los gobierno tuvieron problemas con Clarín. Un ex socio del diario admitió que ellos siempre apoyan a un presidente los primeros años para ganar su confianza. En los dos últimos años lo castigan con la esperanza de que venga un nuevo presidente y el ciclo se repita. Ahora, por primera vez ha salido a la luz que Clarín minimizó los crímenes de la dictadura militar.

SPIEGEL: Usted y su marido han tratado de animar un proceso trabajando sobre crímenes cometidos durante la dictadura militar. ¿Qué experiencias tuvieron entonces?

Fernández de Kirchner: Mi marido y yo fuimos arrestados varias veces. No se nos permitió trabajar como abogados al servicio del Estado, pero, por suerte, pudimos hacerlo como abogados independientes. Estábamos en una suerte de exilio interno, lejos de la Capital, en la Patagonia. Una vez, dejaron una bomba en mi oficina, pero no explotó. En otra oportunidad, mi oficina fue incendiada. Nunca fuí torturada. Tuvimos suerte. Pero siempre sentimos una obligación con las víctima de la dictadura.

SPIEGEL: ¿Fueron miembros del movimiento guerrillero de izquierda Montoneros?

Fernández de Kirchner:
No. Cuando yo estaba estudiando, pertenecía a la Juventud Peronista (JP), pero nunca peleé con armas en mi mano.

SPIEGEL: Uno de los ídolos más grandes de la Argentina es el Che Guevara. Él intentó llevar la revolución cubana al resto del mundo y fue asesinado en Bolivia en 1968. ¿Qué significa para usted?

Fernández de Kirchner: Para quienes defienden sus ideales, las cosas suelen terminar de forma trágica. El Che es un hombre que peleó incondicionalmente por sus ideas y murió por ellas. Vamos a enviar una copia exacta de sus diarios, que han sido puestas a nuestra disposición por el gobierno boliviano, a la feria en Frankfurt. El original está en una bóveda del Banco Central de Bolivia.

SPIEGEL: ¿Es Evita su modelo a seguir?

Fernández de Kirchner: Yo me identificó mucho más con Evita porque soy mujer y soy peronista. Pero tiene que ver el contexto histórico para entender que ella provocó su propia revolución dentro de la revolución peronista. En esa época, en los ‘40, a las mujeres no se les permitía votar en Argentina, y las artistas como ella eran vistas como prostitutas. Ella una hija ilegítima y pobre. En realidad, ella estaba predestinada a ser excluida de la sociedad, pero en cambio se mantiene venerada aún hoy en todo el mundo.

SPIEGEL: El Che y Evita son héroes trágicos, y la tragedia parece ser una constante en la historia argentina. Hasta la mitad del siglo pasado, Argentina era uno de los países más ricos del mundo. Después una depresión comenzó y ha durado durante las últimas décadas.

Fernández de Kirchner: Ese es el resultado del Golpe militar del 24 de marzo de 1976. Los militares destruyeron nuestra industria nacional con sus políticas neoliberales. Lo que no arruinó al final fue la convertibilidad de la moneda, el peso, con el dólar de Estados Unidos los ‘90.

SPIEGEL: Carlos Menem, un peronista como usted y su marido, fue el responsable de eso.

Fernández de Kirchner: Yo no tengo un “peronómetro” o una manera para medir cuando atado está alguien a los ideales de Juan Domingo Perón. De alguna manera, él fue electo presidente dos veces. Para mantener la convertibilidad con el dolar, el Estado tuvo que aumentar más y más su deuda externa. Y, naturalmente, las exportaciones sufrieron. No eramos capaces de competir.

SPIEGEL:
Los años de Menem culminaron en la crisis financiera de 2001.

Fernández de Kirchner: Cuando mi esposo, Néstor Kirchner, se hizo cargo del Gobierno en 2003, la deuda era el 260 por ciento del productor bruto interno y la pobreza llegaba al 50 por ciento. Era una catástrofe. Por supuesto, todavía hay muchas desigualdades, pero hemos logrado grandes avances en todas las áreas. Tenemos récord de reservas en las arcas del Estado. Desde 2003, hemos tenido un crecimiento del 8,5 por ciento anual, el nivel más alto en los últimos 200 años.

SPIEGEL: ¿No se ha comido la inflación ese crecimiento, limitando el poder de compra de la clase media?

Fernández de Kirchner:
Tenemos más consumo que nunca antes. Nuestros centros comerciales están floreciendo. Y los salarios han crecido mucho más que la inflación.

SPIEGEL: De acuerdo con la información que manejan las consultoras privadas, ustedes han manipulado esos números. La inflación actual es el doble de alta, de 25 a 30 por ciento.

Fernández de Kirchner: Esas son críticas sesgadas.

SPIEGEL: No han cambiado la canasta de bienes para satisfacer este objetivo.

Fernández de Kirchner: El método de cálculo siempre ha ido cambiando. Ahora hemos eliminado categorías absurdas, simplificándolo, para que ahora las estadísticas jueguen un rol importante en la vida de los trabajadores.

SPIEGEL: Argentina es considerada todavía una paria en el mundo financiero. ¿Le pagaría a los tenedores de deuda para tener acceso al crédito nuevamente?

Fernández de Kirchner: En 2005, mi esposo comenzó a renegociar la deuda. Nos hemos adherido estrictamente a todas las regulaciones a pesar del inicio de la crisis financiera.

SPIEGEL: Pero todavía no han alcanzado un acuerdo con los acreedores internacionales, como el Club de París.

Fernández de Kirchner: En Nueva York, conocí a un importante grupo de inversores. Están ofreciendo dinero a un precio razonable. Estamos comenzando lentamente a disfrutar de más confianza.

SPIEGEL: ¿Qué hizo para acolchonar el impacto de la crisis?

Fernández de Kirchner: Invertimos en infraestructura e incentivamos a las pequeñas y medianas empresas para que no tuvieran que despedir personal.

SPIEGEL: ¿Podrían los países europeos en problemas, como Grecia, aprender algo de Argentina?

Fernández de Kirchner: De verdad creo que sí. Cuando Grecia colapsó tenía mejores indicadores con las calificadoras que nosotros, incluso aún cuando había sido arrastrada por sus propios problemas. Los indicadores no están siendo usados para ayudar a evaluar la sustancia real de una economía. Las mediciones tendría que ser sincronizadas con las necesidades de cada país en particular. La medicina que ayuda a un país puede ser una amenaza de muerte para otro.

SPIEGEL: Argentina tiene un boom de crecimiento gracias a sus exportaciones agrícolas. ¿Por que inició una pelea con los propios ruralistas que ayudaron a sostener el crecimiento de Argentina?

Fernández de Kirchner: Al negocio agropecuario nunca le ha ido tan bien como le está yendo ahora.

SPIEGEL: Argentina sólo ha retrocedido en su producto de exportación más famoso, el bife. Ahora, incluso su vecino más pequeño, Uruguay, exporta más carne.

Fernández de Kirchner: Eso es debido a una sequía terrible durante los últimos años, que obligó a faenar a miles de cabezas de ganado. Pero ahora los precios internacionales son tan bajos que es más redituable consumir nuestra propia carne en casa. Definitivamente no nos estamos volviendo vegetarianos.

SPIEGEL: De verdad, debería agradecerle al líder venezolano, Hugo Chávez. Él ayudó dos veces, cuando el crédito se estaba estrechando, y compró bonos por 5.000 millones de dólares. ¿Dependen financieramente de Chávez?

Fernández de Kirchner: Él se metió en una época en la que nadie más estaba dispuesto a ayudarnos. Pero no dependemos de él y él no depende de nosotros. Mantengo una muy buena relación con todos los gobiernos en el mundo, especialmente con los de Sudamérica.

SPIEGEL:
¿Chávez la ayudó a financiar su campaña electoral? Se ha dicho que personal civil argentino trajo un maletín lleno de dinero de Venezuela.

Fernández de Kirchner: El presidente Chávez vino a visitar un día después. ¿Por qué el presidente no transportó él mismo el dinero en su propio avión, que no hubiese sido controlado? En una elección, 800 mil dólares es una suma ridícula. Parece casi una sátira manipulada desde el exterior por actores interesados.

SPIEGEL: Argentina y Brasil fueron alguna vez rivales en igualdad de condiciones, Brasil ahora le hace sombra a su país. ¿Esta celosa del éxito de Lula?

Fernández de Kirchner: No se puede comparar a Argentina con Brasil. Nosotros tenemos 40 millones de habitantes, ellos cerca de 200 millones. Mantenemos una relación cercana y sólida con Brasil dentro del Mercosur. Las relaciones entre ambos países nunca han estado mejor. Este desarrollo sólo puede ser medido si se considera que las provincias que limitan con Brasil no tienen una red de gas porque las dirigencias argentinas solían temer una guerra con Brasil.

SPIEGEL: La rivalidad entre ambas naciones continúa en el fútbol. Ambos países fracasaron en el Mundial de Sudáfrica 2010. Diego Maradona renunció como director técnico de la selección. ¿Le va a ofrecer un puesto como ministro de Deportes?

Fernández de Kirchner: No, él no necesita eso. Mientras otros iconos resultan controversiales, nosotros veneramos unánimemente a Diego. Él es y sigue siendo una gran alegría para el pueblo argentino.