POLITICA
La salida de Kulfas

El Presidente usó la lapicera para despedir a un funcionario que cuestionó a CFK

El Presidente le pidió la renuncia a Kulfas en medio de versiones que hablan de supuestas maniobras para favorecer al grupo Techint en Vaca Muerta. Ocurrió luego de que la vicepresidenta Cristina Kirchner acusara al funcionario saliente de armar una operación de prensa en su contra y calificó en su cuenta de Twitter como “penosa” esa situación que buscaría perjudicarla en torno a la licitación del gasoducto Néstor Kirchner. El inicio de la obra fue publicado el viernes, justo unos minutos antes de que ella y el primer mandatario estuvieran en un acto por los cien años de YPF en Tecnópolis luego de meses de no mostrarse juntos.

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Game over. Alberto F le pidió la renuncia a Kulfas en medio de sospechas por “favoritismos”. | NA

Alberto Fernández sintió que por primera vez Cristina Kirchner le daba la lapicera y ya no para gobernar según los intereses de la vicepresidenta, sino para tomar sus propias decisiones. Pero un movimiento de uno de sus ministros defendidos le jugó una mala pasada y el primer uso que debió hacer de la lapicera fue para tomar una decisión que la titular del senado le venía reclamando: la salida de Matías Kulfas.

El viernes, el Presidente y la Vicepresidenta dejaron Tecnópolis convencidos de que se dijeron todo lo que debían decirse. Cristina Kirchner cambió los modales y con un tono más conciliador que el que venía usando le volvió a pedir que use la lapicera para gobernar, mientras que el Presidente decidió responder sus avisos y marcarle que prefiere mirar al futuro en vez de al pasado que la jefa de Estado reivindica. Este sería el nuevo tono de una convivencia que deberá sostenerse por un año y medio más. Pero horas después, la difusión de información por parte del ministerio de Producción volvió a encender a un kirchnerismo que se vio acusado por Matías Kulfas de “armar una licitación a la medida de Techint” para el avance del gasoducto Néstor Kirchner.

“Muy injusto y, sobre todo, muy doloroso que este tipo de ataques lo ejecuten funcionarios del propio gobierno del Frente de Todos. Lo peor de todo: sin dar la cara, en off, mintiendo y utilizando periodistas. Con errores y aciertos, siempre hablé y actué de frente. Penoso”, escribió Cristina Kirchner en sus redes sociales al mediodía del sábado. Apenas 9 minutos antes, desde la cuenta de la Secretaria de Energía controlada por kirchnerismo se había emitido un comunicado en el que se mostraba un mensaje difundido por el ministerio de la Producción.

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“Es IEASA, con funcionarios designados por ella (Cristina Kirchner), quienes hacen las licitaciones. Los que no usaron la lapicera como corresponde fueron sus funcionarios de IEASA. Ellos armaron un pliego de licitación a la medida de Techint y de la chapa que el grupo fabrica en Brasil, de 33 mm de espesor. Si en lugar de poner esa especificación hubieran puesto 31 mm, como son los gasoductos en Europa, se podría haber provisto caños desde otra firma que produce en Villa Constitución (Laminados Industriales SA)”, decía el texto en off que desde el área que hasta ayer comandaba Kulfas envió a un grupo de periodistas. Paradoja: Juan Pablo Biondi dejó el gobierno hace más de medio año y los off contra el kirchnerismo están activos.

Alberto Fernández había convocado a parte del gabinete a la Quinta de Olivos a almorzar para darle la bienvenida al gobierno a Agustín Rossi y terminar de coordinar su presentación en la Cumbre de las Américas cuando se enteró de la polémica por las redes sociales. Inmediatamente también uso twitter para defender a la Vicepresidenta y criticar la actitud de funcionarios: “Confío en la integridad moral y en la idoneidad de quienes llevan adelante la licitación del Gasoducto Nestor Kirchner. Es éticamente reprochable hablar en off en desmedro de otro. Así siempre lo he expresado públicamente. No avalo esos procederes y comparto el malestar expresado por Cristina Kirchner. El debate que debamos dar, démoslo con responsabilidad”.

El Presidente llamó a Kulfas. El off sobre la chicana a su compañera de fórmula por la frase  del uso de la lapicera fue lo que menos le molesto, el jefe de Estado no le perdona haber cuestionado su gestión y poner en duda un sistema de licitación, más allá de que sea controlado por el kirchnerismo. En las semanas previas antes de asumir como Presidente, al definir los nombres de su primer gabinete, dos dirigentes quedaron afuera por haber tenido causas de corrupción. El desgaste de la relación con Nicolas Trotta tuvo que ver con el descubrimiento de una supuesta cuenta offshore a su nombre y, a pesar de que muchos le pedían la renuncia de Ginés González Garcia mucho antes, recién lo despidió cuando se abrió la investigación por el vacunatorio vip.

“No fue un tema de on u off. Lo que dijo fue que había un negociado en la licitación de la obra emblemática del gobierno. Este es un gobierno decente, transparente. No se puede decir cualquier cosa amparados en el off o la interna”, dijeron desde Casa Rosada.

Después del almuerzo que compartió con Martín Guzmán (Economía), Santiago Cafiero (Cancillería), Agustín Rossi (AFI) y Cecilia Todesca Bocco (Secretaria de Relaciones Económicas Internacionales), el jefe de Estado recibió a Sergio Massa.

El Presidente le ofreció el lugar al titular de la Cámara de Diputados, quien le explicó por qué no aceptaría. El tigrense no evaluó, ni siquiera por un momento, hacerse cargo de un “ministerio podado” y con Guzmán en Economía, hoy uno de los funcionarios que más cuestiona.

El nombre de Daniel Scioli siempre suena, y fue el que finalmente se terminó quedando con el lugar que ocupaba Kulfas, luego que también se mencionara como posibles sucesores a la misma Todesca, José Ignacio De Mendiguren (titular del Banco de Inversión y Comercio Exterior de Argentina) y al diputado Marcelo Casaretto, quien comanda la Comisión de Industria.

Sin retorno. El reencuentro del viernes en Tecnópolis no significa más que eso. Cristina Kirchner entendió que si no puede hablar en privado con Alberto Fernández, debía hacerlo en público. Por eso, la vicepresidenta llamó al titular de YPF y le aseguró que si el Presidente participaba del acto de los cien años del organismo, ella también lo haría. El mandatario, en cambio, estaba dispuesto a ausentarse y darle la centralidad a su compañera de fórmula.  Pero después de varias llamadas, entendió que si él no estaba, CFK tampoco y si él asistía, la vice también, por lo que finalmente decidió volver a mostrarse en un escenario con quién lo eligió como candidato.

Cristina Kirchner y Alberto Fernández, en el acto en Tecnópolis.

El propio Presidente desestima que puedan volver a dialogar como antes y horas después del acto se quedó convencido de que debe continuar con la gestión sin atender los discursos más críticos de su propio espacio. La salida de Kulfas no tuvo nada que ver con los cuestionamientos K a su gestión, sino por una mala jugada del ministro.

“Hagamos lo que tenemos que hacer y sigamos nuestro camino”, le dijo el Presidente a sus funcionarios de mayor confianza una vez que escucho a la vicepresidenta. “Traje un discurso preparado pero bien vale la pena sumarme a las reflexiones que he escuchado”, dijo Alberto Fernández cuando le tocó hablar. Fue el aviso protocolar de que decidió tirar los papeles que tenía sobre la mesa y contestar los mensajes que CFK le había dado minutos antes.

Este viernes fue la primera vez en dos años y medio de gobierno que el jefe de Estado sintió que la vicepresidenta lo dejará gobernar. El Presidente cree que finalmente pudo “plantarse” frente a su compañera de fórmula al defender la gestión económica, a sus funcionarios y desestimar una mesa de diálogo de la que estaba convencido que el kirchnerismo la quería para “decirme lo que tengo que hacer”. Sintió que el uso de la lapicera podía empezar a ser para tomar sus propias decisiones, aunque la primera de ella haya sido un deseo de su mentora.