El Senado de la Provincia de Buenos Aires aprobó por unanimidad este martes la ley que le permitirá al gobernador bonaerense, Axel Kicillof, avanzar con las eventuales negociaciones para la compra de vacunas contra el coronavirus.
La norma destaca la importancia de dotar al Poder Ejecutivo "de las facultades que resulten necesarias para contribuir a mejorar de las dosis, estableciendo el marco jurídico que demanda esta clase de transacciones en el mercado internacional".
Establece además que los contratos por compra de vacunas deberán tener el aval de la Asesoría General de Gobierno, la Contaduría y la Fiscalía de Estado. Una vez firmados, deberán informarse a la Comisión Bicameral de Seguimiento y Fiscalización.
En ese sentido, se definió que el informe del Poder Ejecutivo provincial deberá ser cada 60 días y que la Comisión Bicameral tenga facultades para solicitar las cláusulas de confidencialidad de los contratos para la compra de vacunas contra el coronavirus.
El 3 de mayo pasado, al firmar el decreto que adhirió a las restricciones sanitarias que dispuso el Gobierno nacional, Kicillof instruyó a sus funcionarios a "iniciar negociaciones y celebrar los contratos necesarios para la adquisición de vacunas".
De esta manera, la Provincia se sumará a la iniciativa de buscar vacunas a través de los Estados subnacionales, algo que ya puso en marcha la misma Ciudad de Buenos Aires y que había sido reclamado en reiteradas ocasiones por un sector de la oposición.
Axel Kicillof quiere comprar vacunas y presentó una ley para conseguir apoyo parlamentario
Tras una polémica inicial por la propuesta, finalmente el Gobierno nacional aceptó la posibilidad de que las provincias se sumen a las negociaciones con laboratorios y países para tratar de aumentar el nivel de vacunas disponibles.
Sin embargo, tanto en la Ciudad de Buenos Aires como en la Provincia y otras jurisdicciones que empezaron a explorar esta alternativa reconocen la dificultad para dichos Estados subnacionales a la hora de tratar de adquirir dosis.
Parte de esos problemas se deben a que los laboratorios ya tienen comprometida la producción de vacunas para todo este año y a que la mayoría de los países que venden vacunas, como Rusia y China, acuerdan con otros Estados.
JFG