"El Neoliberalismo fracasó". Con esa rotunda frase el presidente de la República Bolivariana de Venezuela, Hugo Chávez, arribó al país para trazar los lineamientos de lo que será "el eje central de Sudamérica" para convertir a la región en una potencia mundial, capaz de competir en el mundo.
Chávez se extendió y aseguró que "el plan imperial de globalización del mundo bajo el esquema irracional del neoliberalismo fracasó rotundamente, pero ahora el mundo está sufriendo las consecuencias del fracaso del modelo. Estamos al frente de una crisis alimentaria, financiera, energética, ecológica, moral incluso. Es la crisis de las crisis".
A su vez, el mandatario que llegó para participar de una reunión trilateral con la presidenta Cristina Fernández de Kirchner y su par brasileño, Luiz Inacio Lula Da Silva, dijo que se ha retomado "el proceso de conformación de una alianza de tres o la conformación de lo que nosotros desde hace varios años llamamos el eje central de Sudamérica: Caracas-Brasilia-Buenos Aires".
Venezuela aún no es miembro pleno del Mercosur, pero mientras se finalizan los trámites para que así sea, el bolivariano manifestó que "estamos como en un concubinato. Ya llegará el tiempo en que los Congresos de Brasil y Paraguay lo aprueben".
El plan de ser potencia. Para Chávez, el escenario mundial que viene estará dividido en macro regiones, por lo que busca su integración al Mercosur para conformar un gran bloque continental que no sólo se limite a reducir las barreras arancelarias intraregionales, sino a competir con los demás actores mundiales como la Unión Europea (y su comunidad económica).
Sobre el eje Caracas-Brasilia-Buenos Aires sostuvo que "esta integración" busca enfrentar con éxito esos dilemas truncos que el neoliberalismo no pudo resolver en la región, como son: "desarrollar el potencial agroalimentario, industrial, energético, financiero. Tenemos todo par ser una potencia mundial", enfatizó el comandante bolivariano.
Por su parte, la presidenta argentina disimuló lo mejor que pudo las diferencia con Lula, y admitió que "es cierto que tenemos un desequilibrio importante con Brasil", pero al mismo tiempo propuso "agregarle mayor grado de complementariedad y de integración a las cadenas de valor de ambos países", para saldar esta brecha.
Fuente: DyN y AFP