¿Qué sabía Elena Holmberg? ¿Por qué la mataron? ¿Por qué su crimen, más de treinta años después, sigue impune? Un libro reciente escrito por la periodista Andrea Basconi intenta responder, con el rigor de una buena investigación histórica, los interrogantes del caso que puso al descubierto la feroz interna entre Jorge Rafael Videla y Eduardo Emilio Massera: el asesinato de una diplomática que apoyaba a la dictadura, nacida en el seno de una familia pudiente, que apareció flotando en el Río Luján.
- Perfil.com: ¿Por qué le interesó este caso?
- Basconi: Fue uno de los primeros casos que leí cuando era chica. Siempre me quedó dando vueltas y yo lo tomé porque es una de las hipótesis de trabajo en mi tesis de maestría. El caso muestra claramente un plan sistemático de exterminio con cualquiera que se pusiera en un proyecto de poder. Eso me pareció interesante más allá de que Elena era una persona interesante, aunque estuviera en las antípodas ideológicas mías, porque era una mujer muy frontal, que creía en su verdad y sus convicciones eran muy sólidas.
Elena Holmberg había trabajado incansablemente desde París para contrarrestar la denominada “campaña antiargentina”, uno de los inventos de la dictadura para ningunear las denuncias que se recibían por violaciones a los derechos humanos desde el exterior.
Holmberg estaba en la embajada argentina en Francia desde 1972 y se ocupaba de los asuntos de prensa en el Centro Piloto: “Ella había empezado a trabajar en el centro de prensa antes de la llegada de los marinos” que respondían a Massera. "Ella los enfrenta y se pelea desde un principio”, detalla Basconi.
- ¿Por qué la matan?
- Lo que yo entiendo, a partir de la investigación, es que ella se atraviesa en la interna (de Videla con Massera). No era tampoco un personaje sumamente relevante. Tuve muchos problemas internos para escribir este libro. Tenía documentos y pedía archivos y me decían que no estaban. Poder chequear que existían tres o cuatro documentos me tomaba dos años y medio.
- ¿Con cuántos familiares de Elena pudo hablar?
- Yo hablé con cuatro familiares. Mi primer contacto fue con su hermano Enrique, que falleció en 2008. Fue muy generoso, me recibió en su casa, y me contó todo. Después me contacté con Eugenio, su otro hermano y con dos sobrinos, Ignacio y Juan que fueron sumamente generosos conmigo. Muchos diálogos están en el expediente, en los testimonios del Juicio a las Juntas, en el archivo. Me pasé horas que suman días con ellos o viéndolos o hablando por teléfono. El primer problema que te encontrás con un caso como este es que hay mucha gente que no quiere hablar y mucha gente que habla, pero en off. Y después gente que elegantemente o no te responde o no se acuerda o prefiere no hablar porque es algo que pasó hace mucho tiempo.
- ¿Cree que a partir de este caso se puede romper el cerco de silencio entre los militares?
- A mí con este caso todo me parece posible. Yo esperaría que se rompiera de una buena vez. Yo sigo haciéndome la misma pregunta: ¿Qué es lo que ella sabía? De lo que surge de la investigación, ella sabía de aquella famosa reunión de Massera con algunos miembros de la conducción de Montoneros, que no era un secreto, yo lo cuento en el libro, salió publicado en Le Monde. También era una mujer que creía que con su verdad podía enfrentar y desarmar todas las cosas que le parecía que estaban mal y fue eso precisamente lo que la mató. Entonces creo, a partir de todo el tiempo que estuve conviviendo con todo esto que pasó, que ella se lo contó a mucha más gente.
Elena Holmberg, la mujer que sabía demasiado. Editorial Sudamericana.
(*) de la redacción de Perfil.com