POLITICA
El futuro del interbloque legislativo

En Cambiemos analizan cómo seguir en el Congreso si se convierten en oposición

La UCR, el PRO y la Coalición Cívica ponderan la unidad, aunque ya hablan de colegiar la conducción. De repetirse el resultado de las PASO, reunirían 110 diputados y 27 senadores.

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Jefes. El cordobés Negri quiere mantener el armado. Ritondo llega para liderar el PRO con González. | cedoc / Cuarterolo

Luego del terremoto interno que significaron las PASO para el oficialismo, los interbloques de Cambiemos en ambas cámaras legislativas ya comenzaron a analizar qué harán a partir de diciembre, cuando probablemente vuelvan a quedar del lado de la oposición si se repite la ventaja de Alberto Fernández sobre Mauricio Macri en octubre.

¿Seguir juntos o volver al esquema anterior a 2015? Por ahora hay consenso sobre mantener el conglomerado que integran el PRO, la UCR y la Coalición Cívica, pero ya queda claro que habrá un cambio en las condiciones. Al menos durante una primera etapa, en los interbloques que eligieron mantener el nombre Cambiemos y no se sumaron a la ola electoral de Juntos por el Cambio la consigna será la unidad.

“Romper el esquema parlamentario sería asumir el fracaso” a partir de diciembre, admiten en el radicalismo, donde también destacan que fue en el Congreso donde mejor funcionó la construcción. Sin embargo, ya surge la alternativa de armar una conducción “colegiada” que equilibre el poder interno, aunque también tenga en cuenta la “territorialidad” de cada integrante.

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El jefe del interbloque en Diputados, Mario Negri, es uno de los principales interesados en la continuidad del armado que contaría con 110 diputados. En octubre, el cordobés obtendría la renovación de su banca por cuatro años más y pretende imponer para la nueva etapa la experiencia que ganó en el manejo conjunto.

A nivel interno, su principal amenaza la constituye el gobernador de Mendoza y titular del Comité Nacional, Alfredo Cornejo, que llegará la Cámara baja a partir de diciembre. Su poder y su voluntad de continuidad con el interbloque dependerán de un solo evento: las elecciones en la provincia cuyana, el 29 de septiembre próximo. Si vence Rodolfo Suárez en Mendoza, Cornejo llegará como referente de una provincia ganadora y hay más chances de que respalde una experiencia conjunta. Pero si Suárez pierde frente a Anabel Fernández Sagasti, es probable que el gobernador saliente –recordado por su rol como armador de los radicales K que llevaron a Julio Cobos a la vicepresidencia– pugne por un radicalismo separado de sus socios.

Por el lado del PRO, la salida de Emilio Monzó y Nicolás Massot, las dos máximas autoridades que tuvo el macrismo en Diputados durante los últimos años, obligó a buscar nuevas alternativas de liderazgo, y ya se estima que oscilarán entre el bonaerense Cristian Ritondo y Alvaro González, cercano al jefe de Gobierno porteño, Horacio Rodríguez Larreta.

Si ninguno lucha por la presidencia del interbloque, entre ambos se repartirían la jefatura del bloque PRO, que ya ostenta González desde la licencia de Massot, y la vicepresidencia primera de la Cámara, que está reservada para la oposición. En la negociación entrarán además los puestos en organismos como la Auditoría General de la Nación o el Consejo de la Magistratura, que cuentan con representantes políticos tanto del oficialismo como de la oposición.

Con 15 diputados, la Coalición Cívica de Elisa Carrió lograría en diciembre aumentar su representación, pero el número no le alcanza para la disputa por el control de un espacio en el que la UCR y el PRO terminarían casi parejos con unos 45 legisladores por lado.

En el Senado, en cambio, el radicalismo mantendrá la mayoría de bancas –unas 14–, y aspira a continuar con el control interno de un interbloque que deberá volver a conquistar con el PRO y otros aliados circunstanciales.