María Isabel “Chicha” Mariani, una de las fundadoras de las Abuelas de Plaza de Mayo, de 90 años, aún busca a su nieta y dio su parecer acerca del traspaso del BNDG. Además, impulsa la inconstitucionalidad del nuevo estatus de la institución científica.
—¿Qué opina acerca del traspaso del BNDG?
—El Banco le aportó al mundo la posibilidad de comprobar la identidad de personas que no tenían los datos genéticos de sus padres. Nosotras tuvimos mucho que ver con esto, por eso este método se conoce como “índice de abuelidad”. Me duele mucho que se cambie el lugar. Es histórico, valiosísimo.
—Se limitaría el estudio de los casos a los ocurridos en el período de la dictadura.
—Hay tanta gente que no sabe quién es en el país. ¿Por qué un chico que fue abandonado por una madre no podría querer saber su identidad? Hay dos millones de personas en la Argentina que buscan su identidad por casos de este tipo. El Banco debería servir también para ellos. Pero además, entre toda esa gente, con que haya un hijo de desaparecidos ya justifica que no se restrinja hasta 1983 el campo de acción del BNDG.
—La actual directora, Belén Rodríguez, dice que no se presentará al concurso para ese cargo.
—Ella le dedica su tiempo, sus conocimientos y su vida a ese trabajo. Me parece una afrenta enorme hacia todos los que dieron tanto para el banco.
—¿Qué opina sobre el traspaso sólo a la órbita del PE?
—No me gusta porque puede cambiar el gobierno y pueden tirar a la calle el banco de datos. En el momento en que lo muevan del lugar histórico y del equipo que lo mantiene, no podría confiar en ese banco.
