La grieta sigue siendo una actriz protagónica de la política argentina. Sin embargo, menos del 40% de los argentinos pueden quedar catalogados dentro de los núcleos duros de ambos polos, tanto el kirchnerista como el macrista. En el medio, hay un 41% de independientes que no tienen posicionamiento político específico y pueden ir variando según las circunstancias. Es el segmento mayoritario pero queda minimizado en la disputa de unos y otros.
El análisis surge del más reciente informe de la consultora Opinaia, que todos los meses hace un trabajo que denomina “Termómetro Ciudadano”. En el marco de una renovada pelea entre el Gobierno de Alberto Fernández y el de Horacio Rodríguez Larreta, esta vez por el recorte de la coparticipación a la Ciudad, el estudio permite ver como los posicionamientos políticos condicionan las respuestas y como las variaciones entre los independientes terminan siendo claves en las cifras totales.
La segmentación está hecha entre tres grandes grupos: núcleo kirchnerista (32%), independientes (41%) y núcleo Cambiemos (27%). Los dos núcleos, a su vez, están divididos en “duros” y “blandos”. Los kirchneristas blandos son considerados por Opinaia aquellos que no solo tienen una visión positiva de Alberto Fernández y Cristina Kirchner, sino también de Rodríguez Larreta. En total son un 16%, la mitad del total del núcleo que defiende al oficialismo. Del lado macristas, los duros son considerablemente más (22%) contra un 5% de blandos, que son aquellos que tienen imagen positiva de Mauricio Macri y Rodríguez Larreta pero también del Presidente.
En ese marco, por ejemplo, cuando se pregunta por la situación económica las diferencias son notables: entre los K, solo el 40% tiene una evaluación negativa, mientras que entre independientes sube al 77% y los macristas al 88%.
Lo mismo, claramente, pasa con la imagen de Fernández. El 96% de su núcleo duro lo sigue evaluando de manera positiva, contra apenas un 13% del sector embanderado en Juntos por el Cambio. En el medio quedan los independientes, donde llega a un 34% (el mes anterior estaba en 35%).
A nivel general, la imagen positiva del Presidente, según Opinaia, se estabilizó en el 47% (el mes pasado fue de 46%). Venía bajando los últimos 6 meses, desde el pico de 82% que llegó a tener de valoraciones positivas en abril, al principio de la pandemia. En febrero, antes del arranque del combate al Covid-19, tenía 57%, por lo que ahora está diez puntos debajo de ese nivel. “En mi opinión la baja del dólar calma los ánimos y les da respiro. Y los temas de Covid dejan de tener importancia ya que los malos resultados en esta materia los entienden solo los que seguimos las estadísticas”, asegura Valentín Nabel, director de la consultora.
La grieta también atraviesa las preocupaciones que cada sector tiene. Al ser consultados por los principales problemas del país, en el núcleo opositor se destacan la corrupción y la inseguridad, además de cuestiones económicas. Los K, en tanto, apuntan al desempleo y la pobreza como problemas principales, y la corrupción queda muy relegada. Para los independientes, la mayor preocupación es la economía.
El plano electoral
Trasladado al plano electoral, sin embargo, los segmentos adquieren otro nivel de complejidad ya que entre los independientes están los que votarían por uno pero nunca por el otro y también los que no votarían a ninguno de los dos sectores. Hay un 39% de los encuestados que pertenece al electorado opositor, ya que está seguro o podría votar a Juntos por el Cambio, pero nunca al Frente de Todos. En la vereda opuesta, un 36% es oficialista. Hay un 12% que dice que nunca votaría por ninguno de los dos.
La clave, entonces, está en el electorado en disputa que acepta como probable votar a cualquiera de los dos grandes polos. Es un 13%, cifra considerablemente inferior al 41% que representaban los independientes.
El sondeo se realizó del 13 al 24 de noviembre, entre 2.000 personas de todo el país consultadas de manera online.