Como ante cada elección, los encuestadores vuelven a mostrar disparidad en los análisis respecto a lo que va a suceder el domingo próximo cuando se cuenten los votos. Aunque todos hablan de un escenario similar al de las PASO, están los que pronostican que se ampliará la ventaja de Juntos en la provincia de Buenos Aires, pero también quienes aseguran que el Gobierno logrará descontar esa brecha. En lo que hay coincidencias es que el nivel de participación, que lo perjudicó especialmente al oficialismo, será un factor determinante.
PERFIL consultó a siete de los principales encuestadores con tres preguntas: el pronóstico en la Provincia, cuáles serán los factores determinantes y qué pasará con el quórum en el Senado. En ese último punto también coincidieron en que es muy difícil que el kirchnerismo logre retener el control propio de la Cámara alta.
Shila Vilker, de Trespuntozero, visualiza “un contorno similar a nivel nacional, aunque achicándose un poco la diferencia en Provincia”. “Es un final abierto, porque todavía estamos llegando con altos niveles de indecisos (11 puntos)”, agrega y suma el interrogante sobre el nivel de participación, que estiman que crecerá 8 puntos. Otra clave, sostiene, será si en el tramo final se impone un voto útil o la dispersión. “Creo que terminará primando la grieta”, dice.
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En Opinaia ven una diferencia que se mantiene “de una forma estable y consistente”, pero igual consideran que “es probable que se pueda llegar a reducir por la capacidad de movilización del peronismo”. Así lo explica Juan Mayol, quien además, considera que las medidas económicas “no han generado un efecto tangible” aunque “no hay que despreciar su impacto a nivel discursivo”.
“A una semana, el pronóstico es de al menos una repetición del escenario de las primarias”, describe Facundo Nejamkis, de Opina Argentina. Pero aclara: “Es posible que pueda recuperar algo de sus votos, a partir de una agenda de campaña más homogénea, con menos fisuras, que muestra preocupación por resolver esa problemática. También hay que sumarle los incentivos materiales que dio el Gobierno y finalmente la movilización del aparato del peronismo”.
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Carlos Fara no ve novedades en el escenario. “El Gobierno lo que trató fue modificar expectativas con cambio de gabinete y nuevas medidas, y ninguna de las dos surtieron efecto”, argumenta. Sobre Juan Manzur dice que tiene una imagen negativa como Alberto Fernández y que las medidas “fueron vistas como manotazos de ahogado”. “Veo a su público potencial reacio a ir a votar, porque no quieren votar a Juntos, pero tampoco quieren ayudar al Gobierno a ganar la elección”, concluye.
En Synopsis esta vuelta decidieron no difundir números, pero Lucas Romero adelanta que no están viendo “ningún tipo de evidencia que nos lleve a pensar que la diferencia pueda ser achicable”. Por el contrario, mira los antecedentes y sostiene que “hubo una dinámica muy marcada de que los principales rivales del kirchnerismo crecen más entre las PASO y la general, por lo que el Gobierno debería romper con ese patrón de manera radical”.
En la misma sintonía se da el análisis de Nicolás Solari, de Real Time Data. “Va a estar en sintonía con lo que pasó en las PASO. Juntos puede estirar en uno o dos puntos la distancia, porque eso es lo que suele pasar entre las PASO y la general”, expresó. Cree que la economía y las “inconsistencias” en el discurso oficial fueron determinantes y que “en esta elección se le suma la falta de organicidad en la campaña, falta de compromiso, un gobierno desarticulado, la falta de una figura y un relato convocante”. “Es una campaña muy vacía y los resultados van a estar a la vista”, considera.
Federico Aurelio, de Aresco, tampoco difunde números, pero destaca que el nivel de asistencia será determinante y que para Juntos será un factor el nivel de fidelización que tenga del voto de Facundo Manes (“todavía le falta un poco”). “Y cuando las diferencias son tan estrechas, la definición final de los indecisos va a definir el resultado electoral”, anticipa.
