"El mejor ministro de Relaciones Exteriores del mundo", según la opinión de la revista especializada Foreign Policy, en 2009, está recorriendo las escuelas del Conurbano bonaerense para seguir de cerca el proceso electoral en Argentina, invitado por el Frente de Todos, entre más de cincuenta referentes internacionales. Ayer, Celso Amorim dialogo con PERFIL , durante una visita al Museo Evita, en el barrio porteño de Palermo, junto a alguno de estos exponentes de diversas partes de Latinoamérica y Europa. Además de ser uno de los cuadros más destacados del Partido de los Trabajadores, Amorim ocupó dos veces el cargo de canciller –con Luiz Inácio Lula da Silva, de 2003 a 2010, y antes con Itamar Franco, entre 1993 y 1994– y luego estuvo al frente del Ministerio de Defensa en la primera gestión de Dilma Rousseff, de 2011 a 2014.
—¿Cómo se explica la importancia de esta elección en Argentina a la luz de lo que está aconteciendo en América latina?
—Yo siento una gran emoción de estar aquí, en Argentina, porque creo que el país tiene un rol especial, una gran influencia, mucho más grande, incluso, de lo que ustedes, algunas veces, creen. En lo social, por ejemplo, (Juan Domingo) Perón tuvo una importancia trascendental, tan grande como la que tuvo (Getulio) Vargas, en Brasil. Pero quizás aquí hasta tuvo una profundidad más grande que llega hasta hoy. Pero también en la democratización de la región. Luego de los gobiernos militares, todo comenzó por Argentina.
—Hay quienes auguran, desde el espacio progresista latinoamericano, que esta elección en Argentina puede significar el inicio de un cambio mayor a nivel regional, ¿coincide usted con esas expectativas?
— Estar aquí, en esta elección presidencial, es clave, acompañando a Alberto (Fernández) y Cristina (Kirchner) con la expectativa de que eso signifique que se vienen vientos de cambio en toda América del Sur, en toda América latina. Se ve que esos vientos están por soplar: en Ecuador, en Chile, en Bolivia, de manera distinta pero están por soplar. Y estoy convencido de que una victoria aquí, un resultado afirmativo, va a tener una gran importancia para toda la región.
"Siento una gran emoción de estar aquí, en Argentina, porque creo que el país tiene un rol especial, una gran influencia, mucho más grande, incluso, de lo que ustedes creen", Celso Amorim
—¿Cómo vislumbra una relación con Bolsonaro si ganara Alberto Fernández, luego de la última amenaza del presidente brasileño de sancionar a la Argentina en el Mercosur si se aparta del camino de reformas aperturistas que inició el gobierno de Macri en acuerdo con él?
—Los países tienen que tener relación de Estado. Yo no estoy a favor de ningún boicot, más allá de que Brasil es un país muy grande como para sufrir cualquier tipo de boicot, ni de los BRICS, ni de China. Como le digo, no creo en eso. Insisto en que hay que tener relaciones de Estado, respetuosas. Naturalmente con Argentina defendiendo los valores de la paz, la integración y la justicia social, que son los que representan Alberto y Cristina.
—¿Tendrán que aprender a convivir de manera obligada eventualmente si llegara a ser el caso?
—No voy a entrar en especulaciones pero lo que sí está claro es que hay necesidad de mantener relaciones de Estado y eso se percibe. No quiero poner paños calientes sobre cosas que dijo Bolsonaro y que no se asemejan a la realidad. Pero si uno recuerda lo que habló de China, en un principio, de que China estaba comprando Brasil y que era una vergüenza... y ahora está allí (de gira por aquel país)... La fuerza de la realidad es muy grande y aunque haya intentos de volver negativa esta relación, los vínculos de Estado son muy importantes.
Yo no estoy a favor de ningún boicot, más allá de que Brasil es un país muy grande como para sufrir cualquier tipo de boicot. Como le digo, no creo en eso. Hay que tener relaciones de Estado, respetuosas
—¿Sigue siendo un bloque clave el Mercosur? Porque el gobierno de Bolsonaro amenaza con desarticularlo a cada rato...
—Es muy importante defender el Mercosur. Yo no puedo darle consejos a Alberto. Pero incluso sería muy importante revivir la Unasur, habrá que ver qué sucede con la reafirmación de Evo (Morales, en Bolivia) y la elección del Frente Amplio (en Uruguay). Porque el Mercosur es fundamental, es el corazón de la integración, pero toda Unasur es importante.