Durante el extenso reportaje que le hizo el CEO de Perfil Networks, Jorge Fontevecchia, el economista Guillermo Nielsen analizó la gestión de Mauricio Macri como jefe de Gobierno y la de su sucesor en la Ciudad, Horacio Rodríguez Larreta. Nielsen, que recordó su paso por el grupo Socma de Franco Macri, advirtió que el oficialismo tomó deuda "para gasto corriente, lo que es muy grave". Además, dijo que las administraciones porteñas de Macri y Larreta son buenas, pero a costa de un "festival de deuda". A continuación, un fragmento del reportaje.
—También conocés mucho la cultura empresarial que formó a Macri porque trabajaste en Socma entre 1993 y 1995 como gerente de Planeamiento Estratégico. Miembro del equipo a cargo de los road-shows del Grupo para la colocación de préstamos sindicados y ON. Fuiste negociador con el gobierno nacional y con gobiernos provinciales por obras públicas, concesiones y licitaciones. ¿Qué te dejó esa experiencia?
—Formé parte de un equipo maravilloso, el de Franco Macri en el holding Socma. Salvo un período muy breve, trabajé con la primera línea de gerencia. Yo era de la segunda línea, pero trabajaba con la gente de Franco y con él mismo. Fue un hombre de gran capacidad empresarial y muy querible también. Era cálido cuando debía y cuando se enojaba era un león. Fueron años muy lindos.
—¿Es cierto que ponía su casa como garantía en ciertos negocios?
—Es parte de un folclore, en la empresa se hablaba de eso, pero no me consta. Lo cierto es que era parte de una cultura de tomar riesgos, muchos riesgos. Apostar las fichas a pleno.
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—En esa cultura se crió Mauricio Macri.
—No fue fácil ser el hijo mayor de una persona con esas características.
—¿Encontrás algo de esa cultura de jugarse fichas en la gestión Macri de estos tres años y medio?
—No lo veo así. Me llama la atención el contraste con los cuadros gerenciales del grupo Macri y del grupo Socma, que eran muy buenos. Era gente muy buena, muy capacitada, de una velocidad inusual y los equipos de la gestión. Mauricio hubiera hecho un buen negocio si lo hubiera dejado a Franco influir en su primer gabinete económico. No hubiera tenido estos problemas. Más allá de la cultura de los riesgos, también había una de las evaluaciones. El grupo Macri fue realmente de los fuertes, pese a haber llegado tarde a las privatizaciones, algo que benefició a otros competidores suyos.
—Fuiste ministro de Hacienda de la Ciudad de Buenos Aires un año antes de que Macri asumiera. ¿Fue mejor jefe de Gobierno que presidente?
—Sí. Fue mejor como intendente. Tanto Macri como Horacio Rodríguez Larreta son muy caros. Hacen cosas, sí. Pero lo de Horacio es una gestión muy importante, pero muy cara.
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—¿Caras en qué sentido?
—Por ejemplo en el tema patentes. Tenemos una de las patentes más caras de América Latina. Tributariamente, es un desastre. Aun así, se endeudaron también. Cometieron el pecado de la deuda. Pudieron seguir haciendo tantas obras por el festival de deuda. Un festival que alcanzó a Rodríguez Larreta, también marginalmente a Vialidad Nacional. El grueso de la deuda que tomaron fue para pagar jubilaciones y sueldos. Tomar deuda para pagar gasto corriente es un error muy grave. Entraron con la premisa de no convalidar un ajuste, una baja del gasto. En la Ciudad de Buenos Aires no lo hicieron. Tampoco a nivel nacional. Al contrario, aumentaron el déficit.
—Pero los resultados de la Ciudad parecen ser diferentes a los nacionales.
—La Ciudad tiene una realidad más acotada. Los niveles de riesgo y las decisiones que hay que tomar son muy acotados. Saltar de la Ciudad de Buenos Aires, que es el tercer presupuesto del país, a manejar todo el presupuesto implica otro tipo de decisiones. Implica tensiones distintas con los lobbies. No es estrictamente un aprendizaje ser un buen intendente para gobernar la nación.
—Fuiste precandidato a jefe de Gobierno y a diputado del Parlasur por el Frente Renovador de Sergio Massa cuando Alberto Fernández era parte de ese partido. ¿Massa se diluye en el kirchnerismo o el kirchnerismo se diluye en Alberto Fernández-Massa?
—Ninguno de los dos se diluye. Son componentes de algo más complejo que está por verse cómo funciona. Hay que ver qué tienen en común Kicillof o La Cámpora con Massa. Hay un esfuerzo muy grande por construir la unidad. Es muy fácil el esfuerzo por la unidad cuando lo que está en juego es el resultado electoral. Pero en la cancha se verán los pingos.
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MC