Al coronel le habían vendido el predio donde se encontraba su unidad, y no lo sabía. El suboficial que estaba a su lado se quedó perplejo cuando el comprador le explicaba al coronel que esa propiedad ya no pertenecía al Ejército y que los militares que estaban bajo su mando se tenían que ir.
“Pero a mí nadie me dijo nada”, repetía con asombro el oficial que estaba a cargo del edificio que fue entregado de una manera tan oscura como la forma en la que se adquirió.
En la disputada propiedad estaba instalada la Agrupación Apoyo Inteligencia, y el nombre del confundido coronel que la comandaba es Julio Eduardo Arroyo Arzubi. Una vez que terminó la discusión con el nuevo e inesperado propietario, el oficial se puso a redactar un parte de inteligencia. Habían pasado 30 minutos de las 11 de la mañana del 22 de noviembre de 2007.
El destinatario del mensaje calificado como “reservado” era el jefe de la Dirección de Inteligencia del Ejército, en aquel momento el general Osvaldo César Montero. Dos años y medio después de aquel parte de inteligencia, en el Ministerio de Defensa se siguen preguntando adónde fue a parar el dinero de esa venta y creen que hay una millonaria estafa con la venta de inmuebles.
La cartera que dirige Nilda Garré no tiene ni la menor idea de todas las propiedades del Ejército. Y a raíz de este escándalo se ordenó rastrear y blanquear cada metro cuadrado que pertenezca a las Fuerzas Armadas.
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