El distanciamiento del Gobierno es cada vez más amplio. El ex jefe de Gabinete, Alberto
Fernández, fue citado a declarar en una causa por el espionaje oficial que denunció, mientras otra
de sus funcionarias de confianza fue reemplazada en el Consejo de la Magistratura. Además, recibió
críticas de Elisa Carrió, de un ex jefe de la SIDE, y de Cristina Kirchner.
La jueza federal de San Isidro, Sandra Arroyo, convocó a Fernández a declarar -el próximo
martes 18 de agosto-
como testigo en una causa sobre espionaje. El lunes, el ex funcionario había
acusado al Gobierno de "pinchar" su teléfono celular
para enterarse sobre una reunión que tuvo con el vicepresidente Julio Cobos.
La magistrada investiga, desde mayo de 2007, a una
banda de ex agentes de inteligencia, acusada de interceptar los correo
electrónicos de políticos y periodistas. Alberto Fernández fue uno de los espiados, y ya
había declarado como testigo en esa causa el año pasado, cuando reconoció e-mails suyos que los
investigadores habían encontrado tras allanar los domicilios de los imputados.
Los acusados en la causa son: Juan Bautista "Tata" Yofre, ex secretario de Inteligencia;
Daniel Raimundes, ex secretario general del Ejército; Héctor Alderete, director del portal de
Internet Seprin (vinculado a los servicios de inteligencia); y dos ex agentes de la Policía de
Seguridad Aeroportuaria, Iván Velázquez y Pablo Carpintero,
informó el diario
La Nación. Carpintero es el único que declaró en la causa y logró que se le dictara la
falta de mérito.
Su propia medicina. "¿No era Alberto Fernández el que ordenaba mis escuchas
telefónicas?", replicó Elisa Carrió, tras la denuncia del ex Jefe de Gabinete contra el Gobierno,
en
diálogo con Radio 10. Y agregó: "De qué se queja si él le ordenó hacer la operación contra
Enrique Olivera, que la hizo Daniel Bravo, íntimo amigo de Vilma Ibarra, que es quien lo acompaña,
para que no ganemos en Capital en 2005".
"Fernández es un caradura y un mentiroso y, en todo caso, está probando de su propia
medicina", afirmó Miguel Ángel Toma, jefe de la SIDE durante el Gobierno de Eduardo
Duhalde, que también integraba Alberto F. El espía sostiene que el ex Jefe de Gabinete "peca de
inocente: nadie puede creerle que acaba de enterarse de que este gobierno sigue y espía a políticos
y ex miembros del Estado de cualquier signo. O tiene la memoria muy frágil, o la cara demasiado
dura".
"Seguramente no se acuerda que, como jefe de Gabinete, era precisamente él quien
decidía a qué funcionarios, ex funcionarios, periodistas o miembros de la oposición había
que espiar, como asimismo a qué periodistas premiar o castigar según estuvieran más cerca
o más lejos del Gobierno",
aseguró Toma a
La Nación.
Las críticas y denuncias de Fernández también molestaron a la Presidenta: "No sólo
fue jefe de Gabinete con tareas administrativas. Estuvo compartiendo la intimidad y la amistad
conmigo", habría exclamado Cristina con una mezcla de angustia y bronca, en medio del vuelo que la
trae de Venezuela, según
confirmaron
al diario
Clarín quienes estuvieron presentes. La mandataria cree que las acusaciones no
afectarán a su gobierno, sino que "el que más daño se hace es él".
El Gobierno, sin embargo, no se priva de arremeter contra su desertor: Marcela Losardo, una
de las "albertistas",
fue
desplazada del Consejo de la Magistratura, donde oficiaba de vínculo entre el Poder Ejecutivo y
el Judicial. En su reemplazo, hoy asumirá el abogado y flamante viceministro de Justicia, Héctor
Masquelet.
Sólo se trata de
la última partida de una larga lista de éxodos, que comenzó con la renuncia de
Alberto Fernández en julio de 2008, tras el desgastante conflicto con el campo. La semana pasada,
el ex jefe de Gabinete había sido
removido del directorio de Papel Prensa
-propiedad de Clarín, La Nación y el Estado- como representante del Gobierno, y en su lugar
asumió Beatriz Paglieri, funcionaria fiel a Guillermo Moreno.