La ley de Etiquetado Frontal de alimentos sigue con idas y vu eltas. Esta semana −a pesar de que se había afirmado que pasaría por tres comisiones en Diputados, en vez de las seis que se habían comunicado en un principio− se agregó la Comisión de Industria.
Ante estos reveses –que atribuyen a presiones de la industria alimenticia-, diversas organizaciones y activistas salieron a manifestar su postura ya que creen que la ley está sufriendo trabas para que no llegue a tratarse en este año legislativo.
Una de ellas fue la cocinera Narda Lepes, que tuiteó: “Asco. Ahora compañías aprietan en audios a ONGs de alimentos para que se manifiesten en contra de la ley de etiquetado, o no les donan más productos. Asi del mal son. #leydeetiquetadoya”,
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Otras organizaciones, como Calisa Nutrición UBA, Consciente Colectivo, Consumidores Argentinos, Fagran, SANAR, Soledad Barruti y Museo del Hambre se unieron para solicitarle a la presidenta de la comisión de Legislación General, Cecilia Moreau, al Presidente de la Comisión de Acción Social y Salud Pública de la cámara de Diputados, Pablo Yedlin, al Presidente de la Comisión de Defensa del Consumidor, Diego Mestre, y al Presidente de la Comisión de Industria, Alejandro García, que “convoquen a un plenario y dictaminen en favor del etiquetado frontal antes del 20 de noviembre, sin modificar el proyecto ya aprobado en la Cámara del Senado”.
Además, expusieron ciertos puntos a raíz de dichos de Yedlin en una entrevista periodística en Diputados TV: “Si bien es cierto que hay muchos modelos de etiquetado frontal, el sistema gráfico de octógonos negros es el que cuenta con más evidencia en cuanto a su efectividad para advertir a los consumidores respecto al contenido excesivo de “nutrientes críticos”.
Desde este conjunto de organizaciones aclararon que este sistema de advertencia está avalado por los principales organismos que rigen la salud pública a nivel global, como la OMS o Unicef, y el Relator Especial de Naciones Unidas por el Derecho a la Salud recomendó a los países la adopción de este tipo de etiquetado como medida para abordar las enfermedades no transmisibles.
“Es importante aclarar que si bien el azúcar es, efectivamente , un producto natural proveniente de la caña de azúcar, los azúcares extraídos de estas fuentes y concentrados mediante procesos físicos, mecánicos y químicos, no lo son. No existen, bajo la lupa de ninguna realidad, alimentos naturales con las concentraciones de nutrientes críticos que encontramos en estos productos”, aclararon.
