Esta semana, la Corte Suprema de Justicia de la Nación volverá a ser noticia, por la disputa Ciudad-Nación, que comenzó por el debate entorno a la presencialidad o no de las clases. Pero el impacto de la decisión será de distintas magnitudes dependiendo si desde Talcahuano al 500 se inclinan por fallar entorno de la cautelar que presentó el gobierno porteño, o bien si se expiden sobre el tema de fondo. En definitiva, se disputa si es constitucional o no el último decreto presidencial ya que la Ciudad impugna que se está violando su autonomía.
El gobierno tiene plazo hasta el lunes para presentar sus argumentos, pero pueden estirarse hasta las dos primeras horas del martes. Una vez que se presenten, el máximo tribunal correrá vista a la Procuración General de la Nación, para que dictamine en el marco de la presentación. La estimación es que la jefatura de fiscales entregará su dictamen en el caso en el mismo día, tras lo cual la Corte estará en condiciones de fallar.
Hasta ahora, la Corte Suprema se venía moviendo rápido en el caso. El mismo viernes 16, en las horas siguientes a recibir el planteo de Ciudad, desde la Corte corrieron vista a la Procuración. Allí, la Procuradora ante la Corte, Laura Monti, dictaminó pocas horas después a favor de la competencia del tribunal para entender en el conflicto. Aunque se daba por sentado en el mundo jurídico, dado que el máximo tribunal tiene tres fallos que le reconocen status de provincia a la Ciudad de Buenos Aires para litigar ante la Corte, la respuesta sirvió para disipar dudas en un escenario en el que el propio Fernández había puesto en duda la competencia originaria del máximo tribunal en el caso. “La Corte Suprema no es tribunal originario en cuestiones de la Ciudad”, consideró el mismo viernes, en la conferencia de prensa que dio tras su encuentro con Rodríguez Larreta. El punto llamó la atención en la Justicia, no solo por jurisprudencia sino más aún más teniendo entre sus miembros a dos ex convencionales constituyentes como los ministros Juan Carlos Maqueda y Horacio Rosatti. Precisamente por ese motivo, por estas horas esas vocalías son las más miradas por los juristas ya que en la Convención de 1994 se le dio autonomía a la Ciudad.
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La Corte no tenía plazos para correr vista a la Procuración. Podría haberlo hecho el propio lunes o martes, día de Acuerdos, pero lo hizo el mismo viernes y empezó a dar señales en el caso.
Independientemente del resultado que tenga el planteo, el máximo tribunal tomó el caso, declarando su competencia el propio lunes y comenzando a tratarlo. Ese mismo día corrió vista al Estado Nacional, la parte demandada, para que emita su descargo.
Por estas horas y a la espera de la presentación de Nación, en la Corte cada juez trabaja en su propio voto. Esos que darán forma a un fallo esperado, mucho más desde lo político que desde lo jurídico. Y cuyas consecuencias, por estas horas, despiertan inquietudes en oficialismo y oposición.
