POLITICA
entrevista de Fontevecchia

Felipe Solá: "No creo ser el indicado para jefe de Gabinete de Alberto Fernández"

El ex gobernador de la provincia de Buenos Aires consideró que ya no es tan joven para un puesto "tan exigente". Recordó sus diferencias con Aníbal.

Felipe Solá, en el reportaje con Jorge Fontevecchia.
Felipe Solá, en el reportaje con Jorge Fontevecchia. | Juan Obregón

A poco menos de una semana para las PASO, el ex gobernador de la provincia de Buenos Aires Felipe Solá descartó la posibilidad de ser considerado como jefe de Gabinete si Alberto Fernández llega al poder, y aseguró "no ser el indicado" para el cargo porque quien lo ocupe "debe ser más joven".

Entrevistado por Jorge Fontevecchia, el diputado nacional, que integra la mesa chica del candidato a presidente del Frente de Todos, habló, además, de su relación con Aníbal Fernández y de los cruces sobre las políticas contra el narcotráfico que vivieron durante la campaña de 2015, en la que ambos jugaron para ganar la gobernación. "Con Aníbal no tuve una relación fácil", detalló.

—El Día del Amigo posteaste en Twitter: “Además de ser nuestro candidato a presidente Alberto es mi amigo de siempre”. ¿Como es tu relación personal con Alberto Fernández?

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—Es un tuit de mis tuiteros. Suelen consultarme, pero ese lo mandaron. No los voy a mandar en cana ahora, pero así quedó medio alcahuetón de mi parte. Pero es cierto que desde que nos conocimos con Alberto tuvimos una enorme empatía.

—Tienen un estilo físico parecido: canosos, los bigotes, el peinado raya al costado.

—Soy diez años más grande. Pensamos igual sobre las mismas cosas. Nos salen las mismas reacciones. Pero él es mejor político que yo. A pesar de que está gordo, tiene muchísima más cintura. Yo soy más rígido. Pero veo sus reacciones y pienso que yo hubiera hecho lo mismo. Frente a algunos problemas personales, hace mucho tiempo cuando no estábamos en el gobierno, hemos reaccionado rápidamente uno muy cerca del otro. Hay un aspecto personal fuerte que trasciende lo político

—Serías su jefe de Gabinete.

—No creo ser el indicado. El jefe de Gabinete debe ser más joven que yo. No debe tener inconvenientes con acostarse tarde y levantarse temprano. No estoy ya para esa dinámica. Salvo que la concepción fuera la de un jefe de Gabinete que “soluciona” (entre comillas), que se ocupa de temas políticos.

—Como era el ministro del Interior en otros tiempos.

—Claro. El que hacía la famosa ronda de partidos políticos. Un jefe de Gabinete en serio, tal como yo lo concibo, es un tipo que controla y vigila en el buen sentido de la palabra con rigor los programas ministeriales. No es solamente el interpretador del presidente.

—Un puesto muy ejecutivo.

—Un cargo muy político y muy fuerte. Si tiene un problema con un ministro porque piensa que no camina, lo pone sobre la mesa y dice que no camina. Pero lo hace por razones de trabajo, por razones operativas. Un gobierno es bueno cuando tiene esa obsesión de tipo administrativo dentro de él.

—A diferencia de la que tenés con Alberto, con Aníbal Fernández tu relación es distante: se dejaron de hablar durante bastante tiempo.

—El fue ministro de Trabajo cuando yo era vicegobernador de Carlos Ruckauf. Fue un muy buen ministro de Trabajo, por cierto.

—No coincidieron cuando fuiste ministro de Cafiero.

—Del 87 al 89. Ministro de Asuntos Agrarios. Aníbal es menor que yo. Creo que secretario administrativo del Senado provincial o algo así. Con Aníbal tenemos estilos completamente diferentes. Con Alberto somos medio socialdemócratas de actitud, no es el caso de Aníbal. Con él me llevé mal cuando era ministro del Interior y yo gobernador. Teníamos una relación muy cortada, una "no relación". Tanto es así, que él hablaba con Florencio Randazzo. Aníbal transmitía algunas indicaciones de Kirchner. Yo lo ponía a Randazzo porque le decía que no lo íbamos a hacer. Con Aníbal no tuve una relación fácil. Hubo un episodio duro en la campaña de 2015. Ambos éramos candidatos a gobernador. Yo ya había tenido muchas agarradas previas sobre el tema de la ley de desfederalización jurídica en el combate contra la droga.

Sobre el exabrupto de Aníbal: "Todos somos esclavos de aquello que dijimos alguna vez y lo repiten continuamente. A veces, con ciertas palabras hacen tres días de periodismo"

El problema era que como los jueces federales eran pocos, nosotros deberíamos llevarles desde la Provincia solo peces gordos. Como si desde la provincia debiéramos estar obligados a encontrar al Chapo Guzmán para que el juez federal se dignara a tomar el tema. Por eso es que me interesaba muchísimo que muchas causas fueran tratadas por cientos de jueces provinciales. Conseguí esa ley a nivel nacional, luego de muchas batallas, con Aníbal en contra. Aníbal también había dicho que Argentina era un país de no consumo, contradiciendo al papa Francisco. Por eso, dije que Aníbal no podía parar la droga: su visión y su método están equivocados. Su diagnóstico es equivocado. Pretendí decir: “Aníbal es más droga. Va a dejar crecer la droga con sus malas políticas”, y no “Aníbal es droga”. Unos días después fue el programa famoso de Lanata. Y a favor de Aníbal debo decir que pese a eso, de haber sido tan golpeado precisamente por el programa de Lanata y mi spot, él salió a decir que yo tenía que ser presidente. Tuvo una actitud muy generosa. Se lo agradecí.

—Dijiste que las posiciones de Dady Brieva y Mempo Giardinelli le hacían mal a la candidatura de Alberto.

—Sí. Y la foto con Santiago Cúneo. Pero no opiné sobre Aníbal. Se equivocó, pero no opiné. No voy a hacer leña del árbol caído.

—¿La comparación con Barreda no resta más que lo de Brieva o Giardinelli?

—Todos tenemos que cuidarnos con las palabras. A veces se nos pueden escapar. Todos somos esclavos de aquello que dijimos alguna vez y lo repiten continuamente. Con ciertas palabras, a veces se hacen tres días de periodismo. No soy lacaniano. Pero sé que las palabras tienen su valor. También sé que es mucho más importante discutir qué pasa y cómo se sale de lo que pasa.

Leé la entrevista completa acá. 

HB/MC/AB