Después de que el presidente de los Estados Unidos, Barack Obama, anunciara esta semana la desclasificación de los archivos sobre la última dictadura militar argentina, el Vaticano adelantó ayer que también publicará los documentos que tiene en su poder vinculados al terrorismo de Estado en el país. La noticia, impulsada por el papa Francisco, se produce a pocos días del 40º aniversario del último golpe militar.
En diálogo con la prensa, el embajador Noah Mamet aclaró el viernes que la desclasificación “es un proceso intensivo” en términos de tiempo. “No se basa en computadoras, sino que se realiza el trabajo de un equipo compuesto por docenas de personas que revisan los documentos. No es cuestión de apretar un botón”, explicó. También confirmó que el proceso se está iniciando y “habrá más información en los próximos días”.
Por su parte, Carlos Malfa, secretario general de la Conferencia Espiscopal Argentina, también hizo hincapié en los plazos del Vaticano. “El ordenamiento de los archivos lleva su tiempo, porque implica la lectura y clasificación de los documentos. Algunos estaban más ordenados y otros necesitan más atención”, explicó.
En cuanto al contenido del archivo, Malfa detalló: “Se trata de cartas que se recibían y contestaban solicitando conocer el paradero de detenidos y desaparecidos o alguna gestión en ese sentido”. Además del caso argentino, el Vaticano desclasificará los archivos referidos a la dictadura uruguaya, entre 1973 y 1985.
La iniciativa se remonta a 2012, cuando la Asamblea Plenaria de la Conferencia Espiscopal aprobó el documento “La fe en Jesucristo nos promueve a la Verdad, la Justicia y la Paz”. “Este mensaje manifestó la disposición de la Iglesia en Argentina de comprometerse con el estudio del período y seguir colaborando con la Justicia”, aseguró el obispo de Chascomús.
Señales. El próximo miércoles, Francisco recibirá a Marie-Noelle Erize Tisseau, hermana de Marie-Anne, desaparecida en San Juan el 15 de octubre de 1976; Víctor Carvajal, hermano del dirigente comunista Alberto Carvajal, asesinado el 18 de agosto de 1977; y Genevieve Jeanningros, sobrina de la monja francesa Leonie Duquet, que desapareció el 10 de diciembre de 1976 en Buenos Aires.
En abril del año pasado, Francisco le había adelantado a Angela Boitano, presidenta de la Asociación de Familiares de Detenidos-Desaparecidos por Razones Políticas, la decisión de abrir los documentos eclesiásticos. “Ya lo estamos haciendo. Y a medida que vayan pidiendo, lo vamos a hacer”, fueron las palabras de Francisco según Boitano.
La apertura de estos archivos es una clara señal de Francisco por transparentar el accionar de la Iglesia Católica entre 1976 y 1983. Bergoglio había sido cuestionado por supuesta complicidad en la desaparición de los sacerdotes jesuitas Francisco Jalics y Orlando Yorio. Incluso debió declarar como testigo en la causa por la desaparición de sus colegas. Hace tres años, trascendió que uno de los secuestrados dijo “estar en paz” con Francisco. Fue comunicado a través de la orden donde se encuentra en Alemania.