-¿Cómo es la vida de un opositor en Tucumán, donde la oposición prácticamente no existe?
-Yo estoy en el ámbito nacional, soy el único diputado opositor, y lo siento como un desafío. Conozco a Alperovich desde que éramos jóvenes y fui muy amigo de su padre, León, pero trato de nunca llevar lo personal a lo ideológico.
-¿Qué evaluación hace de la gestión del gobernador Alperovich?
-Algunas cosas han mejorado, como por ejemplo las escuelas, los centros de atención médica, las luces en la vía pública y la pavimentación de calles; esos son sus logros. Pero hay una notable desmejora en la calidad institucional, el gobernador tiene mucha intervención en la legislatura y su actuación en el temas campo fue lamentable.
-¿Por qué?
-Porque le ordenó cómo votar a sus ocho diputados, y un diputado no puede recibir instrucciones. Además, él hace las listas del partido y tiene la última influencia. Su papel fue lamentable y triste porque dio la instrucción para votar a favor de las retenciones, que son confiscatorias e inconstitucionales.
A García Hamilton, un hombre de radicalismo (así como una vez lo fue Alperovich antes de pasarse al kirchnerismo), lo molestó la actitud que tomó el gobernador en La Rural. "Al levantar el stand de Tucumán, se perdieron beneficios turísticos, pero también la dignidad fue afectada", argumenta el diputado, quien agrega que "la adopción del odio ajeno es la forma extrema del servilismo. Entonces si Néstor Kirchner odia a La Rural y yo me adapto soy servil. Están en juego la moral, la dignidad, la hidalguía".
-¿Cómo afecta a futuro la provincia la concentración de poder del Gobernador?
- La afecta a futuro y también en el presente, porque encolumna a la provincia con una administración desprestigiada. Como gobernador el prefirió la sumisión, y un gobernador no puede actuar así. Para ser leal a Kirchner, se alió al Gobierno en contra del campo.
Para el diputado, tanto Alperovich como su esposa, la diputada nacional Beatriz Rojkés, son "en lo personal son gente educada", pero aclara que "políticamente" se han adoptado un estilo "arrogante" porque les daba beneficios, aunque "nos deje a los tucumanos como guarangos".
-También esta el tema de los militantes movilizados a actos oficiales que terminó con un muerto en Plaza de Mayo y otro en Tucumán, ¿qué opinión le merece?
- Es parte de un modelo basado en el clientelismo político, fundado en los planes sociales Todos los empleados públicos están obligados a ir a los actos y son llevado. Antes, del 46 al 55 había colectivos, pero la gente iba por convicción; ahora van llevados por un sándwich. La muerte de Carlos Marriera, el chico de Lules, es un ejemplo de un modelo algo que ha fracasado y que tiene a Tucumán como ejemplo.
-¿Cree que en las próximas elecciones, por todos estos temas y principalmente por el campo, el gobernador recibirá una cachetada en las urna?
-No me gusta el término cachetada, pero si creo que la opinión pública va a respaldar a la oposición. El Gobierno se ha alejado de ella a través de un modelo de concentración de poder, mucho pode r y mucho dinero. Se abrió una lista de gobernadores adictos y Alperovich se anotó primero; yo creo que este sistema va en vías a ser reducido porque a la largo plazo es suicida para cualquier provincia.
(*) Redactor de Perfil.com.