—En Jujuy hiciste lo que pregonabas para Cambiemos a nivel nacional. Lograste la reelección juntando a varios partidos. ¿Sos el más peronista de los radicales?
—Puede ser, así me dicen. Pero soy radical. Radical paladar negro me dicen.
—Decías que Jujuy se parece al Conurbano: de sus 700 mil habitantes, unas 200 mil familias, ¿cuántos dependen del Estado?
—Tenemos 85 mil empleados públicos.
—¿Y había menos de 20 mil al comenzar la democracia?
—Cuando comenzó la democracia, yo recibí la provincia con 86 mil. Bajamos unos 2 mil empleados. Pero tenemos una norma constitucional que establece la planta permanente. Ese es un desafío. No hay provincia inviable en la República Argentina. Jujuy es una de las provincias más ricas de la República Argentina.
—¿No hay provincias inviables sino mal administradas?
—Se creía que era inviable. Los gobiernos nacionales deben tener la visión de ayudar a que las provincias se desarrollen en verdad con su propia impronta. Jujuy tiene minería, tiene litio, sol. Tenemos la mejor radiación del mundo, desarrollamos vino de calidad y big data. El turismo creció. De 20 mil puestos de trabajo que había en turismo en 2015, hoy tenemos 25 mil.
—¿Cuántos planes sociales había en 2015 y cuántos hay hoy?
—25 mil planes. Milagro Sala manejaba bastante más, te diría que hay la misma cantidad ahora. Antes estaban manejados por un esquema de un Estado paralelo.
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—¿Hoy hay 40 mil y antes había 25 mil de la provinicia y 15 mil de la Tupac?
—Milagro Sala manejaba el 80% de los planes. Ese es uno de los temas que no se han resuelto tampoco. No se terminó con el clientelismo. Sigue habiendo sectores, como el de Juan Grabois y compañía, que aun en nuestro gobierno manejan altas y bajas, y son los que presionan a las personas para que vayan a las marchas.
—¿Juan Grabois es el Milagro Sala de Buenos Aires?
—Grabois representa un formato menos violento. No puedo hablar de corrupción en su caso. Pero sí puedo afirmar que el formato clientelar fue la matriz de Milagro Sala en Jujuy. En el caso de ella había además violencia y corrupción.
—No parece haber eso en el caso de Grabois.
—No.
—Alberto Fernández fue a visitar a Milagro Sala en prisión. ¿Generará expectativas en su grupo que asuma la presidencia?
—Fue en 2016. Ella tiene expectativas en recuperar la libertad con el nuevo gobierno. Salió Eugenio Zaffaroni a pedir la intervención del Poder Judicial para liberarla. Ese sería un límite. Voy a hacer todo para que se respete la autonomía de la provincia. El Poder Judicial actuó bien y fue validado por la Corte, que validó los procesos. Se retificó la prisión preventiva. También hay una causa con condena en la justicia federal, que fue tres veces a Casación. Hay varias condenas ya en la provincia. Voces como las de Zaffaroni no son las únicas. A ellas se suman referentes del kirchnerismo. Esperemos que el presidente no se sume a ellas.
—¿Qué condenas le quedan por cumplir a Milagro Sala?
—Tiene una condena en el caso de “pibes villeros” de 13 años, una por el caso Lucas Arias, una agresión que termina con muerte, de cuatro años. Hay otra condena de cuatro años más en el caso de un ataque a una comisaría. Está la condena en la justicia federal de tres años que Casación pidió que se impute por otro delito.