El 17,7% de los trabajadores formales se encuentra por debajo de la línea de la pobreza y debido a la aceleración de la inflación, que no baja del 6% mensual desde julio, podría aumentar hacia fin de año, en un contexto donde la UCA reflejó en un informe esta semana que casi 17 millones de argentinos son pobres y el índice que mide el Indec podría aumentar para el segundo semestre del 2022.
Ese 17,7% surge de un estudio de la CTA, que analiza la incidencia de la pobreza sobre los empleados en base a la EPH (Encuesta Permanente de Hogares) del Indec, y al que accedió PERFIL.
“El aumento en la pobreza y en la indigencia ocurrió a pesar de la implementación de políticas como el subsidio extraordinario a jubilados y pensionados y el llamado ‘refuerzo de ingresos’, de masivo alcance, que apuntaron a contener parcialmente esta situación”, explicó a PERFIL Cecilia Garriga, investigadora del Centro de Investigación y Formación de la República Argentina (CIFRA) de la CTA.
“Tanto es así, que es muy significativo el fenómeno de los ‘trabajadores pobres’ especialmente entre quienes son asalariados no registrados y trabajadores independientes, pero también es relevante entre asalariados registrados”, añadió la especialista.
Como estos datos surgen con cierto rezago en el tiempo debido a la demora en las estadísticas oficiales, el dato del 17,7% de los trabajadores formales pobres del Cifra-CTA remite al segundo trimestre de este año. Corresponden a 1.670.000 asalariados registrados, según el cálculo de la experta.
Para Garriga, “es esperable que esa medición se acreciente considerablemente” y “muestra un nuevo patrón en el mercado laboral argentino. Históricamente en nuestro país el salario de un trabajador registrado era suficiente para sacarlo de la pobreza”.
Llegar a fin de mes es una misión cada vez más difícil para muchos argentinos, pero la particularidad actual es que eso le ocurre aun a quienes logran tener empleo, incluso formal.
En la mismas dirección, el Observatorio de la UCA que informó un aumento del 43,1% para el 2022 también destacó que tres de cada diez trabajadores ocupados están bajo la línea de la pobreza.
Otro punto, respecto al impacto de la suba de precios además sobre los índices de pobreza e indigencia, es la poca capacidad de ahorro de las personas, donde apenas el 9,6% de los argentinos consultados dijo haber podido ahorrar este año, en un escenario de inflación muy alta, según la UCA.
“La baja de la capacidad de ahorro se explica por la caída de los sectores medios, que vieron agravada su situación con los procesos inflacionarios”, enfatizó Agustín Salvia, director del observatorio.
A pesar de que el Indec mostró una baja en el índice de pobreza en el primer semestre del 2022, aunque con un aumento de la indigencia, al interior del período se observó que en el segundo trimestre del año se asistió a un nuevo incremento de pobres según el centro de investigación de la CTA.
“La incidencia de la pobreza fue de 38,5% en dicho trimestre, lo que implica que 17,8 millones de personas se encuentran en esa situación. La indigencia, es decir, el porcentaje de personas cuyos ingresos no alcanzan siquiera para adquirir la Canasta Básica Alimentaria, fue de 9,4%, equivalente a 4,3 millones de personas”, señaló el informe del Cifra.
Y agregó: “Si se comparan la pobreza y la indigencia de este segundo trimestre con el primero, puede decirse que casi dos millones más de personas cayeron en situación de pobreza y 500 mil personas en la infancia”.
Por otro lado, se espera que en el último trimestre del año la economía comience a dar señales de estancamiento de la actividad económica y el mercado laboral por lo que el impacto de la inflación sobre la pobreza sea menos compensado. Aunque según un informe oficial sobre la base de los aportes a la Seguridad Social, “en septiembre de 2022 se alcanzó el nivel de empleo asalariado registrado del sector privado más elevado de los últimos cuatro años y el mayor nivel de trabajo registrado de la serie estadística que se inicia en enero de 2012”.
El dato de pobreza empeoraría debido a una aceleración del proceso inflacionario sin el acompañamiento correctivo de los ingresos.
“Si el ritmo de suba es más o menos similar al que trae desde abril, lo que creo que a esta altura es algo bastante probable, incluso conservador dado que lo peor en términos de inflación se dio a partir de julio, la pobreza en el segundo semestre terminaría aproximadamente en 40%”, expresó a PERFIL Leopoldo Tornarolli, economista e investigador del Centro de Estudios Distributivos, Laborales y Sociales de la UNLP.
Pobres e inflación
Uno de los datos más duros del informe que se conoció esta semana del Observatorio de la Deuda Social de la UCA reveló que para que la pobreza se reduzca entre 10 o 15 puntos la tasa de inflación debe descender un dígito.
Esto dimensiona el tiempo que le tomaría al país, a cualquier Gobierno, desandar este tema estructural y lograr políticas que reinserten a los pobres dentro del sistema. En especial, a quienes aun teniendo un trabajo son pobres y a los niños, ya que la mitad de ellos y el 60% de los menores del AMBA viven en hogares pobres.
El relevamiento de la UCA mostró que el 40% de los hogares en los que habita el 50% de la población recibió, de hecho, algún tipo de asistencia oficial o programa complementario. La institución no solo toma en cuenta los ingresos sino que también evalúa las condiciones socio económicas generales como el acceso a la salud y la alimentación, a la educación, a la vivienda, a los servicios públicos, al trabajo y a un hábitat saludable.