"En estos tiempos electorales, seguramente haya gente haciendo campaña con la imagen de Perón. Y muchos van a ser más peronistas que nunca. Pero ni siquiera los dirigentes del peronismo que permanecen en el poder gracias a Perón quieren investigar sobre la profanación a su cadáver".
Así contextualiza el periodista Claudio Negrete uno de los episodios más misteriosos tras la muerte del General: la profanación a la tumba y la posterior desaparición de las manos del cadáver de ex mandatario.
A 24 años de que se descubriera el atentado a la bóveda donde se encontraban los restos de Perón en el cementerio de Chacarita, la investigación no llegó a ninguna conclusión ni hay responsables por este caso.
"Pasaron años en los que no se pudo hacer nada, hubo cuatro asesinatos de personas vinculadas, entre ellos el de un juez, ocurrieron varios atentados y nada. Nadie se encarga de averiguar nada", asegura Negrete, que en 2002 publicó el libro La profanación, donde investiga la desparición de las manos de Perón.
"Hoy, con el aniversario de la muerte, cuando se ve en el diario avisos y recordatorios por todos lados al General, nadie dice que ese general en el recuerdo de la gente está totalmente mutilado y violado", apunta el periodista.
También recuerda que ante el traslado de los restos a la quinta de San Vicente en 2006, el cuerpo sufrió nuevos daños y fue intervenido para que se pudieran tomar restos de ADN en la investigación sobre la filiación de Martha Holgado, que decía ser hija del General .
La historia. El 30 de junio de 1987 un sobrino político de Perón se acercó a la tumba para organizar los preparativos previos que siempre hacía antes de cada 1º de junio, fecha en la que se acercaban muchas personas para dejar flores al recordarse un nuevo aniversario de la muerte del General.
"Al llegar se encuentra en la entrada en la planta baja todo revuelto y ve la claraboya que estaba rota", recuerda Negrete. Así comienza la odisea de la desaparición de las manos del ex presidente, que incluyó también atentados a las propiedades de Perón y su esposa Isabel en España.
Negrete recuerda el contexto político de ese momento, lo que ayuda a hacer una lectura de este hecho que excede el simple acto delictivo de vándalos: "Fue un año político importante porque se había votado para renovar el Parlamento. Es la primera gran derrota que vive el gobierno radical. Se jugaba el futuro político del país, era la recuperación del poder por parte del peronismo".
La investigación de La profanación le llevó al autor siete años y le dejó algunas conclusiones sobre los motivos por los que tuvo lugar: "Queda claro del hecho es que fue un hecho político. Una operación de alto nivel político".
En todo momento el periodista descartó un motivo económico detrás del atentado: "En ese momento mandaron cartas al presidente de PJ de Capital, Carlos Grosso, y también a (Saúl) Ubaldini, titular de la CGT.
En esas cartas pedían un rescate de 8 millones de dólares que luego nunca nadie reclamó y nunca se pagaron".
Negrete concluye: "Fue una operación de altísimo nivel. Obviamente para la parte operativa hubo una zona liberada y también se necesitó protección para poder escapar. Y una protección que dura hasta el día de hoy, un pacto de silencio de sospechosos, incluso en el propio peronismo".