La presidenta de la asociación Madres de Plaza de Mayo, Hebe Pastor de Bonafini, reveló hoy que echó de la fundación a Pablo Schoklender, hermano del ex apoderado investigado por desvío de fondos, y advirtió que "si cometieron delito tendrán que pagar".
"A mí me preocupa que la ataquen a Cristina (Fernández, la presidenta), porque por rebote se la agarran con ella, por su relación con las Madres", sostuvo y aclaró que pese a las irregularidades "el Gobierno nunca dijo 'mirá, Hebe, que falta plata'".
Al despegarse de las aparentes acciones fraudulentas que se le endilga a Sergio Schoklender en el manejo de fondos públicos destinados a viviendas para carenciados, Bonafini informó que decidió "separar a Pablo y a otras 16 personas. Por las dudas, para que quede todo prolijo".
De todos modos, sostuvo que no estaba arrepentida "de haberle dado una oportunidad" a Schoklender, a quien conoció en la cárcel cuando el joven purgaba condena a prisión perpetua por haber matado a sus padres, Mauricio y Cristina Silva.
Bonafini también aclaró que "el proyecto sigue" en alusión al plan Sueños Compartidos que levanta casas en barrios carenciados y sostuvo que en ese emprendimiento "los trabajadores están en blanco, agremiados, porque trabajamos con gente a la que no se tuvo en cuenta en muchos años".
Además, en una entrevista con el diario Tiempo Argentino, aclaró que "las acusaciones son contra el apoderado, que era Sergio, y contra su hermano, y si cometieron delito tendrán que pagar. Acabo de separar a Pablo y a otras 16 personas más. Por las dudas, para que quede todo prolijo".
"Todos los imputados están separados porque no vamos a poner en riesgo todo, sabemos lo que hacemos, cómo podemos responder pero la cosa está muy seria. Creo que las cosas van a andar bien", sostuvo.
Bonafini dijo que Sergio Schoklender "era un tipo que trabajaba 30 sobre 24 horas, le pagaba a la gente y las construcciones se hacían" pero reveló que "hace un año empecé a tener discusiones con él porque quería convertir a la fundación en una empresa".
"Yo le decía 'mirá, Sergio, esto no es una empresa, somos un emprendimiento, somos soldados de este proyecto nacional y popular'", remarcó.
Bonafini dijo que para armar la empresa, Schoklender le decía que "había que hacer más casas pero si el gobierno no lo necesitaba, ¿para qué? ¿Para qué abrir más fábricas?".
"A mí nunca me gustaron las empresas. Las empresas funcionan de otra manera. Y después de esa discusión empecé a ver cosas que no me gustaron", indicó la dirigente y citó entre ellas "el manejo de la situación, sobre todo, porque eso significaba pedir proyectos para que tales o cuales fueran considerados. Yo no quería".
Tras admitir que confiaba en Schoklender "porque las obras se hacían. Si el gobierno a mí me decía "mirá, Hebe, acá falta plata, esto no se hizo"… pero eso no pasaba. Si no yo hubiera actuado antes. Pero nunca hubo una desconfianza ni nadie me avisó que faltaba plata".
"No voy a defender nada ni voy a esconder nada. Mi sentimiento es una cosa personal que no tengo por qué contar", añadió.
Aclaró, por otra parte, que "las Madres, no cobramos plata, no cobramos la reparación (que fijó el Estado por los desaparecidos). No cobramos sueldo, como algunas versiones dijeron por ahí".
Fuente: DyN.