Horacio Rodríguez Larreta y Patricia Bullrich decidieron jugar a matar o morir la interna del 13 de agosto dentro de Juntos por el Cambio. Con esa premisa, la provincia de Buenos Aires será el territorio de las peleas más encarnizadas entre ambos. Aun a pesar del pedido que hacen a toda hora dirigentes del PRO que están en municipios donde no hay interna real. Porque "arriba",-dicen-, no permiten ir tanto con la boleta de Diego Santilli (candidato a gobernador de Larreta) como con la de Néstor Grindetti (candidato de Bullrich).
Si bien las negociaciones para que haya excepciones en algunos distritos continuarán hasta el mismo 24 de junio, cuando sea el momento de cerrar las listas, por ahora la situación está descontrolada y la tensión es evidente en cada llamado. Meses atrás, ya lanzada, Bullrich solicitó a Larreta compartir la boleta de Santilli, algo que el jefe de gobierno descartó. "Nos hace la interna, nos rompe el partido, pero quiere llevar de candidato al que más mide en el conurbano bonaerense. De locos", sentenció un armador de Uspallata a PERFIL.
Larreta-Macri-Bullrich: la grieta de fondo
Ante esa negativa, Patricia decidió salir a advertir a todos los municipios bonaerenses que presentaría listas propias y armaría internas aún en los lugares donde gobernara el PRO, como Tres de Febrero, Mar del Plata o inclusive Lanús. Así, los intendentes y candidatos se ven obligados a elegir la boleta de uno de los dos, echando por tierra la posibilidad de mantener la unidad.
Romper todo
Esto generó distintos problemas. En primer lugar, que hay municipios donde la situación estaba controlada y no había líneas internas para competencia. Ahora habrá que crearlas. Así lo admitió un concejal de la zona norte del conurbano: "Nos avisaron que había que armar dos listas. Tenemos que dividirnos de manera ficticia por obligación de arriba. Es una locura. Ahora tenemos que poner el doble de guita y corremos el riesgo de perder el control del Concejo Deliberante si los peronistas deciden unir fuerzas".
En la zona Oeste, otro armador que ahora deberá responder solo a uno de los candidatos señaló un problema similar: "Nosotros trabajamos con el candidato los cuatro años. Hicimos una campaña extensa. Lo instalamos. Estamos todos juntos. Ahora nos dijeron que no podemos ir con él y vamos a poner a su segundo para que lo enfrente. Pero nos cagaron. Tiene menos conocimiento y no maneja caja".
Este tipo de testimonios se repite en la mayoría de los distritos y todos resumen lo mismo. La falta de injerencia en la estrategia provincial y la tensión que generaron tanto Larreta como Bullrich hace que peligren acuerdos y que no haya garantías de unidad luego de las PASO.
Existen municipios como el de Guillermo Montenegro (General Pueyrredón), Julio Garro (La Plata) y Soledad Martínez (Vicente López), que impulsan excepciones a la norma general ya que son clave para ganarle al peronismo -sin contar el peso propio de cada uno de ellos- y adelantan la estrategia Y, es decir llevar ambas boletas aunque busquen prohibirlo. El caso más extraño ahora es Lanús, donde Grindetti dejará el municipio y el candidato oficial es Diego Kravetz. Pero este tiene un problema y es que en la zona sur mide más Diego Santilli. ¿Podrá apostar a las dos boletas? Hasta el momento le dijeron que no.
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