La activista de derechos humanos y actual titular de Abuelas de Plaza de Mayo, Estela de Carlotto, fue internada este martes por la mañana en una clínica privada de La Plata por precaución, con el objetivo de mantenerla bajo constante observación médica y garantizar que recibiera toda la atención necesaria durante su recuperación. Así lo difundieron en un comunicado de su organización, que informó que recibió toda la atención médica necesaria durante su recuperación.
A partir de una intoxicación alimentaria, logró mantenerse lúcida y tranquila mientras el equipo médico supervisaba cada paso para controlar la situación. Durante la atención, el personal logró estabilizar el cuadro por completo, y desde su entorno señalaron que ‘ya se encontraba hidratada’ y que ‘lograron pararle los vómitos’.
De cara a cumplir 95 años el 22 de octubre, Carlotto fue atendida en el sanatorio IPENSA, ubicado en calle 59, entre 3 y 4, en la capital bonaerense, donde permaneció bajo constante supervisión médica, recibiendo cuidados continuos y seguimiento detallado por parte del personal del centro de salud.

Estela de Carlotto, una de las figuras más emblemáticas del movimiento de derechos humanos en Argentina
La líder histórica en la defensa de los derechos humanos encabezó durante más de cuatro décadas la lucha de Abuelas de Plaza de Mayo por la restitución de la identidad de los niños apropiados durante la dictadura cívico-militar. Aquella labor constante, marcada por la perseverancia y el esfuerzo diario, permitió recuperar 140 nietos y la consolidó como un símbolo de memoria, justicia y compromiso social, reconocida tanto a nivel nacional como internacional por su incansable dedicación.
A lo largo de su vida, Carlotto atravesó profundas tragedias familiares, marcadas por la pérdida y el sufrimiento de su hija mayor, Laura Estela Carlotto, quien fue secuestrada en 1977 mientras estaba embarazada. Dio a luz a su hijo, llamado Guido, durante el cautiverio en un centro clandestino, pero apenas cinco horas después le arrebataron al bebé y fue asesinada, con su cuerpo apareciendo con signos de tortura en 1978, dejando una huella imborrable en la historia de la familia.
Durante 36 años, la búsqueda de Guido, rebautizado Ignacio Montoya Carlotto, marcó la incansable lucha de Estela y de Abuelas de Plaza de Mayo. A medida que pasaban los años, en 2014 logró reunirse con su nieto, quien se convirtió en el nieto número 114 recuperado por la organización.

La reconstrucción de la historia de Laura fue posible gracias a testimonios de sobrevivientes y a fichas policiales de la Policía Bonaerense. A lo largo de su cautiverio, Laura fue llevada primero a la Espacio Memoria y Derechos Humanos (ESMA) y luego a La Cacha, y su pareja fue torturado y asesinado frente a sus ojos.
Al principio mismo, Estela supo del embarazo de su hija y dedicó su vida a la búsqueda de su nieto. Junto a otras mujeres en la misma situación, fundó Abuelas de Plaza de Mayo, recorriendo juzgados, hospitales, iglesias y consulados, y dialogando con presidentes, jueces y científicos. De ese esfuerzo surgió el Banco Nacional de Datos Genéticos (BNDG), herramienta clave para la restitución de identidades, que permitió encontrar a cientos de nietos apropiados durante la dictadura.
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Dado que en los últimos años su exposición pública disminuyó, Estela continúa participando de actos institucionales y pronunciamientos del organismo. Su figura mantiene un alto reconocimiento y respeto a nivel nacional e internacional, y su historia sigue siendo un ejemplo de lucha incansable por la memoria y la justicia.
mv