Apuntada como la amante de Lázaro Báez y la madre de un hijo extramatrimonial con él, Liliana Costa puede tener las llaves del caso más emblemático de la corrupción K. En su primer contacto con un medio, Costa –quien ha sido ligada a dos empresas de Lázaro y al espionaje dentro de la AFIP–desmiente el vínculo amoroso pero reconoce amistad con la familia, y defiende al empresario a quien califica como “el último eslabón”.
—Liliana, ¿es usted la amante de Lázaro Báez y tuvo un hijo con él?
—No, de ninguna manera. Tengo una relación de amistad, principalmente con sus hijos Martín y Luciana. Los conocí en Río Gallegos hace más de doce años. Yo vivía en Comodoro Rivadavia, por lo tanto no teníamos una relación fluida de amistad. No sé de dónde salió esa información. Quién la brindó. Y niego rotundamente tener un hijo extramatrimonial con el Señor Báez.
—¿A qué atribuye que se la acuse de ser la amante?
—Creo que lo que quisieron es justamente quebrar a la familia Báez, y me utilizaron a mí como medio por el hecho de haber trabajado en AFIP en Comodoro Rivadavia. Y lastimarlos a ellos.
—¿Cómo conoció a la familia Báez?
—Los conocí a través de amigos en común. Pero reitero, no es una amistad tampoco muy fluida. Yo vivía a 800 kilómetros de Río Gallegos.
—¿Recuerda cuándo conoció a Lázaro? ¿Ya era una persona conocida?
—No, yo los conocí como personas del común de la gente. Como cualquiera de nosotros.
—¿En qué contexto fue?
—Fue en un contexto de amigos, donde me lo presentó un amigo en común. Conversamos con varias personas, en ningún momento estuvimos solos.
—¿Cómo lo describiría?
—Para mí es una excelente persona. Es una persona de bien, a mí me cae muy bien. Les tengo mucho aprecio. No tengo nada negativo que decir.
—¿Y cómo describiría a los Báez?
—Como familia son unidos; que justamente es lo que yo destaco de la situación. Que me utilizaron a mí como medio para poder quebrar a esa familia, inventando tener un hijo extramatrimonial. Yo no tengo un hijo extramatrimonial con él, que quede claro.
—¿Estuvo alguna vez en alguna de las estancias de Báez?
—No, de ninguna manera.
—¿Qué sintió al verlas en televisión?
—La verdad es que prácticamente no miro televisión. Lo que he visto creo que es una operación mediática para mostrar a la sociedad algo que ellos no ostentan. De hecho en Capital Federal, en la mayoría de los countries, hay casas muchísimo más ostentosas.
—¿Estuvo en alguna propiedad de Báez?
—No.
—¿Conoció a Néstor Kirchner?
—Lo conocí en una oportunidad. Conversé unos segundos con él en la calle. Pero no tuve relación. A Cristina y a Máximo tampoco los conozco.
—¿Cómo llegó a radicarse primero en Río Gallegos y después en Comodoro Rivadavia?
—Yo ingresé a la AFIP. Comencé a trabajar en la Dirección Regional Comodoro Rivadavia como ingresa cualquier empleado. Posteriormente accedo a un nombramiento como jefa de sección Sumario y Dictámenes, una jefatura de base donde se instruyen los sumarios por infracciones a los artículos 39, 40, y 40 continuación de la ley 11.683. Yo nunca tuve acceso ni contacto con algo vinculado con la empresa de la familia Báez. Nunca trabajé en ninguna área que tuviera contacto con las investigaciones hacia las empresas.
—¿Se sintió presionada u hostigada en la AFIP por su relación con los Báez?
—Después de las elecciones sí me han sucedido hechos en los cuales me han presionado. No podría determinar quiénes, pero me han cambiado de funciones, me sacaron del área impositiva arbitrariamente. A pesar de que yo había solicitado estar cerca de mi familia me cambiaron de lugar de trabajo, no tengo acceso a la información. Las funciones que cumplo no son propias del área en la que estoy. También me sacaron días pendientes de vacaciones.
—¿Conoció alguna vez a Ricardo Echegaray?
—Solamente lo vi a través de videoconferencias.
—¿Se enteró del supuesto espionaje que hacía la AFIP?
—Por los medios de comunicación. Me sorprendió y no conozco a ninguno de ellos.
—Hubo una versión periodística que indicaba que usted trabajaba ahí bajo Guillermo Michel, que era subdirector de la AFIP y fue acusado de investigar a políticos y empresarios.
—No es cierto. No los conozco.
—¿También surgió el rumor que la conectaba sentimentalmente con Echegaray?
—En algún momento en Comodoro Rivadavia se comentó.
—¿Por qué?
—Lo desconozco. Puede ser por una cuestión machista, pero yo no sabría decirle.
—Usted fue ligada a dos empresas del grupo Báez, Misahar y Epsur, y sugieren que trabajaba en conjunto con el ex escribano de Lázaro y actual vicegobernador de Chubut, Mariano Arcioni.
—No es verdad. Tampoco conozco a las personas que nombran y tampoco tengo conocimiento sobre esas empresas.
—¿Se sintió discriminada en la AFIP?
—Sí, me siento totalmente excluida. De hecho mis compañeros de trabajo de Comodoro Rivadavia cortaron comunicación conmigo. Creo que por temor a ser vinculados con la familia Báez. Si me están vinculando a mí en esta situación, yo calculo que temen también ser vinculados al tema por el sólo hecho de tener amistad conmigo o haber trabajado conmigo. Yo no trabajaba sola, trabajaba con un equipo. Estas preguntas creo que se las deberían hacer a las autoridades que estaban por sobre mí.
—¿Y le sucedió sólo a usted?
—Yo tengo entendido que sí.
—¿Sufrió amenazas o intimidaciones personales?
—Sí, he recibido mensajes donde me amenazan a través de redes sociales y telefónicos de gente que no conozco. Además, me dicen que no voy a conseguir trabajo nunca más. Dicen barbaridades de mí. Les escriben incluso a amigos y familiares. Tuve un accidente de tránsito en una situación complicada, me encerraron entre dos vehículos y ambos huyeron. Me chocaron, me hicieron como una especie de sándwich. Yo iba con mi familia en el auto, imagínese el temor. Yo siento que me atemorizaron para luego sacar todo esto en los medios y yo no hable. Si volviera a ver a los que lo hicieron no los reconocería, pero sí alcancé a ver que en uno de los vehículos iban un hombre y una mujer. Pude tomar las patentes…
—¿Cuándo sucedió?
—Todo esto sucede posteriormente a la detención del Señor Báez, al día siguiente.
—¿Habla con Lázaro Báez?
—No, o sea yo tengo contacto con la familia. A raíz de todo lo sucedido volvimos a entrar en contacto. Tengo contacto con Martín, con Luciana por una cuestión de solidaridad mutua.
—¿Cree que la situación de Báez es comparable con la de otros empresarios que no han perdido su libertad?
—Dejando al margen las funciones que he cumplido en el organismo, creo que la empresa del Señor Báez, o el Señor Báez, es el último eslabón. Lo que he visto a través de los medios de comunicación, reitero porque yo no tengo contacto ni vínculo con la causa. Creo que sí, que no se ha respetado el lineamiento de investigación.
—¿Y Cristóbal López?
—Creo que justamente tendrían que ser investigados todos. No solamente los empresarios, también los funcionarios públicos. Creo que la cadena comienza con los funcionarios para poder llegar, si se constata la irregularidad, al empresario.
—¿Es posible que exista algún tipo de protección por parte de los funcionarios?
—Desconozco. Puede ser.
—¿Siente que la sociedad ha sido injusta con Lázaro Báez?
—A la sociedad no la voy a juzgar. Los que expusieron la vida o las propiedades del Señor Báez y de su familia han sido los medios.
—¿Qué piensa de Cristina Fernández de Kirchner?
—Yo no soy kirchnerista, prefiero omitir esa opinión.
—¿A usted la mantienen económicamente los Báez?
—De ninguna manera. Yo tengo una vida común, normal. No tengo estancias ni chacras. Tengo una sola propiedad, que es una casa en venta, yo alquilo actualmente. Tengo un vehículo 2011, chocado, y nada más.
—Una nota indicaba que usted dejó a Báez al entablar una relación sentimental con Diego Fernández Garrido, de Almirante Brown, a quien conectan con el caso Sueños Compartidos. ¿Lo conoce?
—No. Ni siquiera escuché su nombre antes de la nota.
—También salió publicado que cuando salga Báez pensaban mudarse a una quinta de él cerca de Cafayate en Salta.
—Es una locura. Yo me vine a vivir acá el año pasado. Uno no es nómade. Yo pretendí mejorar la calidad de vida de mi familia y la verdad es que actualmente me veo involucrada en estos hechos a los cuales no pertenezco.
—¿Está en pareja?
—No.
—¿La Justicia la contactó?
—No. Nunca me citaron. Quizás me estén investigando, de todos modos no tengo nada.
—¿El matrimonio Báez se separó por usted?
—No. Una nota dice que hubo un escándalo. Yo no trabajé en una agencia en Comodoro Rivadavia. Ese escándalo no existió. Se lastima y se ensucia a la gente sin corroborar.
—Hay versiones que hablan de otra supuesta amante de Lázaro Báez. ¿La conoce?
—No. Yo viví en Río Gallegos hace más de doce años. Después me fui a Comodoro. Hay muchas cosas que no tienen sustento.