“Las cuentas son de Lázaro”, dijo a PERFIL una fuente cercana a la familia Báez. Y agregó: “Eventualmente, Lázaro se va a hacer cargo de todo este quilombo”. Se refería así a las cuentas en Suiza, que tendría varios millones de dólares, y de las cuales son beneficiarios los cuatro hijos del empresario kirchnerista, Leandro, Martín, Melina y Luciana.
En el entorno familiar entienden que, para salvar a sus hijos, el empresario dirá que son suyas. Por esas cuentas la Unidad de Información Financiera (UIF) pidió la detención de los jóvenes y el fiscal Guillermo Marijuán, su declaración indagatoria.
Esto acerca los temores de Lázaro Báez, que sus hijos vayan a prisión. “¿Va a hablar si eso pasa?”, preguntó este diario. “Por ahora no, no están dadas las condiciones. Pero si saliera la ley del arrepentido y pudiera negociar las condiciones, tal vez”, deslizó la fuente. Esto quiere decir que en ese contexto, Báez podría acusar hacia arriba –es decir, involucrar posiblemente a funcionarios del gobierno kirchnerista– por el lavado de dinero, la causa por la cual está detenido.
La ley del arrepentido le permitiría a Báez entrar en un programa de protección de testigos y salir de prisión. Hasta ahora, el empresario no acusó a Cristina Kirchner de nada, sólo la involucró en una reunión con el juez federal Sebastián Casanello, aunque lo hizo para recusar al juez, y no para perjudicar a la ex presidenta. Casanello advirtió ayer que en el informe de la UIF no figura CFK, lo que no significa que la ex jefa de Estado pueda ser en el futuro acusada por Báez.
Su hijo Leandro, sin embargo, sí le apuntó: dijo que Casanello desviaba la investigación para no involucrarla en la causa por lavado de dinero.
El tema preocupa en el entorno de la ex presidenta, aunque el kirchnerismo dejó solo a Báez, argumentando que es un caso aislado.