La Justicia investiga al hijo del ministro de Defensa, Arturo Puricelli. La Dirección General del Servicio Logístico de la Defensa quedó en la mira por las presuntas irregularidades en las contrataciones para la Campaña Antártica 2013, que fracasó al no completarse el abastecimiento total de las bases argentinas. El joven abogado Alejandro Puricelli es el principal asesor del área y uno de los imputados en la causa que investigan el juez federal Luis Rodríguez y el fiscal Ramiro González.
Una inspección del despacho de Alejandro es una de las 14 medidas de prueba que requirió el fiscal. El director del Servicio Logístico es Carlos Lugones Aignasse, un abogado que asesoró al ministro Puricelli durante su paso como interventor de Fabricaciones Militares.
“Puricelli (hijo) tenía un rol clave en el manejo de las licitaciones”, situación que habría generado “diferencias” con Lugones, explicó a PERFIL un funcionario con despacho en el Edificio Libertador. También dijo que el director general del Servicio Logístico “intentó correrse”, pero el escándalo estalló antes.
Entre los imputados, además de Puricelli (hijo) y Lugones, se encuentran el propio ministro de Defensa; el secretario de Planeamiento de esa cartera, Mauro Vega; el director de Planeamiento del Servicio Logístico, comodoro Fernando Aldet; el comodoro Mario Momarion; el capitán de navío Sanz Valiente y el contador Juan Manuel Locatelli.
La poderosa Dirección General del Servicio Logístico de la Defensa fue creada por Nilda Garré cuando estuvo al frente del Ministerio de Defensa. El objetivo era claro: crear una agencia logística que obtuviera todos los bienes, servicios y sistemas de armas, para las tres fuerzas armadas, y así dejar en manos civiles todas las licitaciones y “cortar con las arbitrariedades y los manejos turbios”, acotó un ex funcionario que pasó por ese organismo.
El resultado habría sido distinto a lo esperado. Cuando asumió, Puricelli nombró como director a un hombre de confianza, a su hijo, y a un grupo de militares.
Por el Servicio Logístico de Defensa pasan todas las compras destinadas a las Fuerzas Armadas, desde las rutinarias hasta las de trascendencia estratégica militar. El área se encarga de la gestión operativa de las contrataciones consolidadas de bienes y servicios de la defensa, y de los programas de incorporación y modernización de sistemas de armas.
Alejandro no es el único familiar de Puricelli en ocupar un rol clave en un área estratégica. El subsecretario de Coordinación del Ministerio de Defensa también es un Puricelli. Lo llaman “Arturito”, para diferenciarlo de su tío, es contador y junto a su primo Alejandro son los guardianes de la gestión.
“Arturito” tiene bajo su órbita 15 direcciones, todas dedicadas a las cuestiones jurídicas, contables y de personal. Hasta hace algunos meses, la hija del ministro de Defensa, Juliana, también ocupaba un puesto en el Edificio Libertador. Pero dejó su cargo para trabajar con la gobernadora de Catamarca, Lucía Corpacci.