El gobierno de Irán cruzó duramente al presidente Javier Milei y a la Justicia argentina luego de que el juez federal Daniel Rafecas habilitara el juicio en ausencia contra los ciudadanos iraníes y libaneses acusados por el atentado terrorista contra la AMIA. En una serie de comunicados oficiales y artículos publicados en la prensa estatal, el régimen islámico denunció una maniobra “politizada”, impulsada —según afirmaron— por la alianza estratégica de la Casa Rosada con Estados Unidos e Israel.
“El gobierno argentino abandonó su postura tradicional de neutralidad y multilateralismo para alinearse con el régimen sionista y Estados Unidos”, advirtió este martes un artículo del Tehran Times, órgano de difusión del régimen de los ayatolás. La publicación sostuvo que desde la llegada de Milei al poder en enero de 2024, la política exterior del país sufrió un “giro radical”, y llamó al presidente argentino a adoptar un enfoque “realista, responsable y centrado en el interés nacional, libre de politiquería y de la influencia de grupos de presión sionistas”.
Los cuestionamientos iraníes se enfocaron también en el fallo reciente de Rafecas, quien habilitó el juicio en ausencia para diez acusados por el atentado de 1994 contra la sede de la AMIA, que dejó 85 muertos y más de 300 heridos. El pronunciamiento judicial, sin precedentes en el país, generó una respuesta inmediata desde Teherán.
El director general para las Américas del Ministerio de Relaciones Exteriores iraní, Isaa Kameli, calificó la decisión como “contraria a los principios del derecho internacional” y exigió al gobierno argentino una explicación oficial. En sus palabras, se trató de un “intento” de juzgar a ciudadanos iraníes por “cargos infundados relacionados con el caso AMIA”.
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Kameli sostuvo que el proceso judicial “requiere una explicación formal por parte de las autoridades argentinas” y acusó al país de emprender una acción “infundada” contra sus ciudadanos. En los textos distribuidos por la Cancillería iraní —y difundidos, entre otros, por el dirigente social argentino Luis D’Elía—, el funcionario responsabilizó al gobierno de Milei por actuar bajo “influencia extranjera” y en complicidad con Israel.
“El propósito de esta nueva cortina no es procesar a los principales autores de estos crímenes, concretamente a algunos exfuncionarios argentinos corruptos”, escribió Kameli, quien vinculó la decisión de Rafecas con la reciente derrota israelí en la ofensiva militar contra Irán. En esa línea, acusó a la administración libertaria de ser “cómplice de los crímenes de los israelíes”.
Los mensajes fueron enviados, además, a las cancillerías de varios países latinoamericanos: Bolivia, Brasil, Chile, Colombia, Cuba, Nicaragua y Venezuela. Sin embargo, las versiones difundidas por la diplomacia iraní difieren en parte de los textos que se publicaron en medios como el Tehran Times, donde el régimen sumó un extenso recuento de su versión sobre el atentado a la mutual judía.
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En otro tramo de su discurso, Kameli apeló a una comparación entre la política exterior de Milei y la gestión de Cristina Kirchner. Recordó el memorándum de entendimiento firmado en 2013 entre el gobierno argentino y el entonces presidente iraní Mahmud Ahmadinejad, acuerdo que fue declarado inconstitucional y que derivó en una denuncia contra la exmandataria por “traición a la patria”.
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Según Kameli, la negativa de Argentina a implementar ese memorándum y el rechazo a permitir a Irán el acceso a la documentación del caso “evidencian las desviaciones generalizadas en la llamada causa AMIA”. Acusó a la Justicia argentina de destruir pruebas, ocultar hechos y no identificar a los verdaderos responsables del atentado.
El régimen también vinculó el juicio en ausencia con los recientes ataques de Israel contra instalaciones nucleares iraníes y con la eliminación de científicos y funcionarios en suelo persa. Incluso hubo menciones al director general de la Agencia Internacional de Energía Atómica, el argentino Rafael Grossi, quien fue blanco de amenazas desde Irán y acusado de parcialidad.
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La embajada argentina en Teherán permanece vacía desde mediados de junio, cuando fue evacuada en medio del conflicto bélico entre Israel e Irán. Durante esa escalada, Milei definió al régimen persa como “enemigo de la Argentina”, y ratificó su alineamiento con el gobierno de Benjamin Netanyahu.
Además de apoyar a Israel en foros internacionales, Milei anunció durante su visita a Jerusalén el traslado de la embajada argentina de Tel Aviv a esa ciudad, una medida rechazada por buena parte de la comunidad internacional y altamente sensible para el mundo árabe.
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Kameli fue enfático en su condena: calificó de “vergonzosa” y “repugnante” la postura de Argentina y Paraguay por “apoyar las acciones agresivas de Estados Unidos y al régimen sionista”. Y agregó: “A pesar del repudio del pueblo argentino y paraguayo hacia los crímenes del régimen sionista, algunos gobernantes se han colocado en el lado equivocado de la historia”.
Finalmente, el funcionario reiteró que Irán se reserva el derecho a tomar medidas adecuadas para defender los derechos de sus ciudadanos y consideró que el apoyo del gobierno argentino a Israel convierte a la Argentina “en cómplice de los crímenes israelíes contra personas inocentes en la región de Asia Occidental”.
Con el juicio en ausencia ya habilitado y la tensión diplomática en aumento, el conflicto entre Argentina e Irán vuelve a reactivarse a 30 años del ataque terrorista más letal en suelo argentino.
JD / EM