Alberto Iribarne fue ministro de Justicia de Néstor Kirchner entre 2005 y 2008, antes de ser reemplazado por Aníbal Fernández. Es profesor de Derecho y recibió a PERFIL en su departamento de Belgrano.
—¿Qué diferencias ve entre Néstor y Cristina en la gestión?
—En 2007 Cristina planteaba mejorar la calidad institucional, prometió diálogo y concertación. Nada de eso se dio. Cristina profundizó los déficit de gestión de Kirchner, por eso tenemos un transporte mucho peor que en los 90. La política de derechos humanos terminó siendo una expresión sectaria del Gobierno. Hay un retroceso en todos los campos por parte de Cristina Kirchner en los últimos años. Y el broche de oro: disciplinar a los jueces.
—¿Se refiere a la reforma judicial?
—Sí, son proyectos retrógrados y sólo para el manejo faccioso del Gobierno. Apuntan a perseguir a los opositores y ayudar a los amigos, o encubrirlos si corresponde.
—¿Qué pensaba Néstor Kirchner de la Justicia?
—La única interferencia que tuvo fue por las demoras en las Cámaras de Casación por los juicios por violaciones a los derechos humanos. Pero era respetuoso de la independencia del Poder Judicial. No intentó tener una Justicia adicta, al menos mientras fui funcionario.
—¿Nunca planteó una reforma similar a la que presentó Cristina?
—No, para subordinar a la Justicia, no. Yo le planteé a Kirchner, y estuvo de acuerdo, una reforma sobre el proceso penal, que después perdió estado parlamentario.
—¿Qué pensaba Kirchner de la Corte?
—Era respetuoso. La independencia del Poder Judicial no significaba aislamiento, había contactos, pero siempre en el marco de dos poderes del Estado.
—¿Cómo explica que la Corte ahora sea el enemigo?
—Todo se subordina al conflicto. Al estar en guerra, en este caso con Clarín, el que no está en el bando de la Presidenta y tiene actitudes tibias es un traidor. El enfrentamiento con la Corte es porque no se alineó en contra de Clarín.
—¿La Corte frenará la reforma judicial?
—Debería, hay suficientes elementos como para que se pronuncie.
—¿Qué impresión le dejan las denuncias por lavado de dinero?
—Primero fue de impacto. Lo de Lázaro Báez aparece como una oportunidad para que la Justicia determine la culpabilidad o no.
—¿Báez era testaferro de Kirchner?
—Habrá que verlo, con la fortuna que tiene Kirchner declarada, no sé para qué sería necesario un testaferro.
—¿Conoció a Miriam Quiroga, la ex secretaria de Kirchner?
—Sí, la llegué a conocer. Parecía una mujer eficiente, no tuve mucho trato con ella.
—¿Le creyó cuando dijo que había bolsos de dinero que iban para Calafate?
—Parecía sincera en lo que decía, pero no lo podría aseverar.
—¿Vio alguna vez un bolso de dinero?
—No. No conozco la casa (de Calafate) tampoco.